Por su cercanía con la Ciudad de México, Pachuca –capital del estado de Hidalgo– es un excelente lugar para pasar un fin de semana y sorprenderse con las opciones de entretenimiento y cultura que encontrarás en esta ciudad.
Ubicada a unos 97 kms. aproximadamente del Distrito Federal, para llegar hay que manejar hacia el norte de la ciudad hasta el entronque de San Cristóbal, después de pasar la caseta de Ojo de Agua sigues hacia El Dorado y de ahí a Pachuca. De casetas te gastas unos $33 y en tiempo es 1 hora 15 minutos en promedio, así que está realmente cerca de la Ciudad de México, incluso como para ir, conocer y regresar el mismo día.
Si durante el trayecto te da hambre será el pretexto ideal para conocer una de las cosas típicas de Hidalgo, especialmente de Pachuca y los pueblos mineros: los pastes. A orillas de la carretera empezarás a ver muchos locales que venden pastes recién horneados, señal de que ya estás por llegar. Los pastes son unas empanadas de pasta tipo hojaldre pero con una receta singular, rellenas generosamente de papa con poro y carne molida y de frijol con chipotle, estos son los sabores originales de los pastes que se preparaban en casa para alimentar a los mineros, pues además de conservar su sabor y temperatura por un buen tiempo, resultaban nutritivos, fáciles de transportar y saciaban el hambre. Hoy en día los pastes están rellenos de carne deshebrada, pollo, mole y hasta de piña, arroz con leche y crema pastelera, y aunque se te antojen todos la verdad es que dos pastes son suficientes, pero bien puedes llevar para compartir o para comerlos después porque duran más de una semana.
Luego de la parada técnica en los pastes lo primero que debes conocer en Pachuca es el centro. En la Plaza Independencia encontrarás uno de los símbolos de la ciudad, el Reloj Monumental de 40 mts., construido para conmemorar el primero centenario del inicio de la independencia de México e inaugurado el 15 de septiembre de 1910. El Reloj es una belleza en arquitectura y detalles, de estilo neoclásico, fabricado en cantera blanca con remates de cobre y esculturas de mármol de Carrara, sin olvidar que su mecanismo perfecto es una réplica del reloj Big Ben de Londres, Inglaterra.
Otro símbolo de Pachuca es el fútbol y aunque no te apasione este deporte, no está de más saber que aquí se fundó el primer equipo de fútbol, el Pachuca Athletic Club organizado en 1901 por mineros ingleses que trabajaban en esta región. Hoy el Club de Fútbol de Pachuca es conocido como los Tuzos y por ser el club más antiguo de la República a Pachuca se le conoce también como la Cuna del Fútbol Mexicano.
Y si de títulos se trata, otro que se ha ganado a pulso esta ciudad es el de La Bella Airosa, porque en Pachuca corren fuertes vientos durante todo el año, incluso en los meses de calor y sol brillante al airecito frío recorre toda la ciudad.
Además de pastes, fútbol y viento, hace muchos años la minería era la principal actividad de Pachuca y sus alrededores, la cual desencadenó el crecimiento económico de la zona. El auge se puede constatar en los bellos edificios antiguos de esta ciudad, como el edificio de Bancomer en la Plaza Independencia, que es una hermosa construcción neoclásica, o la casa Rule construida a finales del siglo XIX por Francisco Rule, dueño de la compañía minera inglesa más importante de la época porfiriana, y que hoy es sede del Ayuntamiento de Pachuca.
Para saber más del tema puedes visitar el Museo de Minería en el centro o el Museo de Mineralogía ubicado dentro de la Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
Antes de regresar a casa no olvides visitar el templo de San Francisco y el Museo Nacional de Fotografía situado al interior de este ex convento, y por supuesto que no dejes de llevar tu caja de pastes para recordar tu visita a Pachuca.