Por Marcel Garcés, Corresponsal.

Santiago, 12 Ago (Notimex).- El elevado desinterés de los jóvenes chilenos por participar en los procesos electorales es responsabilidad de la clase política del país, aseveró el director del estatal Instituto Nacional de la Juventud, Juan Eduardo Faúndez.

Para Faúndez, en Chile existe un círculo vicioso producto de una estructura administrativa electoral que no incentiva y más bien inhibe el interés juvenil por los comicios, y por políticos que no incluyen lo temas juveniles en sus programas porque estos no votan.

El 57.1 por ciento de los jóvenes del país cree que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, pero el 50.1 por ciento de los jóvenes está muy insatisfecho-nada satisfecho con el funcionamiento de la democracia en Chile, dijo.

En entrevista con Notimex, el funcionario señaló que el 68.1 por ciento de los jóvenes chilenos no están inscritos en el Registro Electoral, lo que significa que, en términos porcentuales, el peso de los jóvenes no sobrepasa el 7.6 por ciento del padrón.

Explicó que ese nivel de inscripción es más preocupante aún si se le compara con el existente para el plebiscito de 1988, que decidió el fin de la dictadura, cuando el peso de los jóvenes representó casi el 36 por ciento del electorado nacional.

En el año 1988 estaban inscritos dos millones 676.878 jóvenes entre 18 y 29 años, que correspondían al 91 por ciento de la población juvenil de Chile y representaban 36 por ciento del padrón electoral total, indicó.

Añadió que hoy sólo uno de cada cinco jóvenes está inscrito en el Servicio Electoral y están ausentes de ese padrón en cifras absolutas aproximadamente dos millones 450 mil jóvenes, equivalentes a un 35 por ciento del electorado total.

Esto se traduce, indicó Faúndez, en que "al existir cada vez menos electorado juvenil, la clase política esta jibarizando su discurso y está dirigiendo éste y su oferta política hacia aquellos ciudadanos que son electores".

"Esto hace que la clase política, hablando a quienes son electores, excluye de sus lineamientos políticos el tema de la juventud y por tanto el joven, legítimamente, dice ¿para que voy a inscribirme para votar si hay una clase política que no me habla?", enfatizó.

La escasa participación juvenil además resta representatividad a los propios poderes políticos, al ser elegidos por cada vez menos porcentaje de la población, dijo.

Indicó que la magnitud de la juventud no inscrita para votar, pero que tiene interés por la democracia y la cosa pública, representa "una potencia electoral dormida".

"Si se considera una actuación homogénea de este potencial se trataría de una fuerza determinante para cualquier resultado electoral, y hasta sería capaz de llevar un candidato presidencial propio a una segunda vuelta", señaló.

Faúndez, un joven sociólogo titulado en la Universidad de Chile, añadió que la participación juvenil en los procesos electorales otorgaría mayor legitimidad a todo el sistema político y a la propia democracia.

Indicó que las iniciativas legales del gobierno para aprobar la inscripción automática de los ciudadanos en el Registro Electoral, y el voto voluntario, han sido frustradas por la oposición de Derecha en el Congreso chileno.

En ese sector se teme la posición de los jóvenes en temas, como "la píldora del día después", y otros de la llamada agenda valórica, en la que la juventud rechaza las posiciones conservadoras.