Berlín, 21 Ago (Notimex).- En ningún país europeo la tasa de natalidad bajó de manera tan rápida y de forma tan masiva como en Alemania, con lo que aumentó la población de la tercera edad, informó hoy el Instituto sobre Población y Desarrollo Demográfico.

Según la investigación que realizaron expertos del Instituto sobre "El desarrollo demográfico en Europa", la capital de Alemania ostenta con una media de 1.14 niños por mujer, la tasa de natalidad más baja del país germano.

Definió a Alemania del Este como zona catastrófica en el continente europeo, ya que en ningún sitio de Europa emigran tantas mujeres jóvenes, lo que ha provocado que aumente la tendencia descendente en el desarrollo de la población en esa región del país.

Por ello, según el estudio, faltarán madres en los nuevos estados federales de Alemania.

"La tendencia negativa no es reversible por el momento. Nosotros sólo podemos adaptarnos al desarrollo con prudencia", dijo el director del Instituto, Reiner Klingholz.

"Debemos en el futuro conseguir que la gente no se vaya", añadió. Como receta principal, para evitar el cambio demográfico, Klingholz recomendó educación. "En segundo lugar: debemos trabajar más tiempo y permanecer más tiempo en forma", añadió.

Klingholz aconsejó además echar un vistazo a los países vecinos para encontrar soluciones. "¿Qué funciona dónde?" sobre todo, si se mira hacia los países nórdicos se encontrarían las respuestas correctas a casi todas las preguntas, dijo Klingholz.

Según el estudio, la baja tasa de natalidad y las fronteras abiertas dentro de la Unión Europea (UE) propiciaron un masivo cambio de la población europea. Por ejemplo, muchos jóvenes activos emigraron en busca de trabajo del antiguo bloque del Este.

Además, la tasa de natalidad europea se situó en una media de menos de 2.1 por mujer.

Sin embargo, esta tasa de natalidad es muy diferente dependiendo del país, por ejemplo, las mujeres polacas tienen una media de 1.3 niños, mientras que en Islandia, Francia o Irlanda la media sube a 2.0.

En cuanto a los movimientos migratorios, el estudio reflejó que España acaparó el mayor número de inmigrantes, mientras que Polonia y Rumanía fueron los países que más población perdieron.

Por otro lado, se alcanzó un récord de población activa.

Más de 220 millones de personas se encuentran activas oficialmente en la actualidad dentro de los 27 países de la UE. Esta cifra supone un aumento del 7.0 por ciento respecto a 1989. En conjunto, nunca hubo tanta gente en activa dentro de la UE como ahora.

Los expertos evaluaron un total de 285 regiones europeas mediante un total de 24 indicadores demográficos, económicos, sociales y medioambientales como por ejemplo, el número de niños, los ingresos, inversiones en educación y ciencia, desempleo o antigua ocupación. Se comparan todos los estados de la Unión Europea, así como Islandia, Noruega y Suiza.

En el puesto número uno se encuentra Islandia, seguida de Estocolmo y Oslo. Las últimas dos posiciones las ocupan regiones búlgaras. Dentro de las regiones de Alemania, los autores situaron a Oberbayern (la Alta Bavaria) seguida de Friburgo, Tubingen y Stuttgart en las primeras posiciones y al final de la lista colocaron a Sajonia-Anhalt y detrás a Mecklenburg-Vorpommern.

Por otro lado, el estudio también realizó un pronóstico de población hasta el año 2030, en el que de las diez regiones de Europa con la reducción de población más fuerte, tres se encuentran en el Este de Alemania y son Sajonia-Anhalt, Chemnitz y Thuringen.

Entre los años 2015 y 2020 diferentes influencias harán que empeore la situación en Alemania.

Entre un 15 y un 20 por ciento de la población se convertirán en pensionistas, lo que reducirá aún más la fuerza de los impuestos y el poder de compra.

Con lo que los pagos del paquete de solidaridad II que reciben los estados alemanes del Este finalizaría. En base a esto los científicos consideraron que el Producto Interno Bruto (PIB) por persona hasta el 2020 se hundirá otra vez hasta el 60 por ciento del nivel del oeste. En 2007 alcanzó cerca del 67 por ciento.

Berlín es, según los autores del estudio, un caso especial. Apenas existe otra metrópoli en Europa que haya tenido un desarrollo económico tan débil y haya perdido población. Entre los años 2000 y 2005 la capital de Alemania prácticamente no registró ningún crecimiento económico.