Salamanca, 5 feb (EFE).- Más del 90 por ciento de los diputados del actual congreso guatemalteco se manifiestan creyentes y los representantes de los partidos PP y FRG, seguidos de los políticos del grupo gobernante (UNE) y del opositor GANA son los que profesan una mayor religiosidad.
La totalidad de los diputados de PP y FRG reconocieron ser creyentes, el 93,5% de los de UNE y el 93,3% de los opositores, según se desprende del informe elaborado por el Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca sobre las "Élites Parlamentarias",
El informe, dirigido por Manuel Alcántara, subraya que del estudio de los parlamentarios se extrae que "casi la práctica totalidad de los diputados guatemaltecos entrevistados manifiesta ser creyente".
En el caso del Frente Republicano Guatemalteco (FRG), estas creencias religiosas forman parte de su ideario político-doctrinario, en el que se afirma que "La Biblia es el manual más apropiado, completo y permanente para gobernar".
La religiosidad se encuentran estrechamente relacionada con la opinión de los diputados electos sobre aspectos tales como el aborto, con posiciones radicales en contra de su práctica.
Otro de los temas analizados en este estudio, basado en entrevistas personales al 61,4% de los actuales congresistas de Guatemala, se refiere a la disciplina de voto y a la posibilidad de ser expedientado por no seguir las directrices del partido.
Sobre este aspecto, los políticos de Unión Nacional de la Esperanza (UNE) y de Gran Alianza Nacional (GANA) se manifiestan en contra de la expulsión del partido por una sanción disciplinaria, mientras que el resto de las formaciones se encuentran divididas a la hora de considerar la conveniencia de esta medida.
En este último grupo se encuentra el Frente Republicano Guatemalteco (FRG) con un 50% de legisladores que defiende la expulsión, seguido por el Partido Patriota (PP), con un 41%, y Bancada Guatemala (BG), con un 38% de parlamentarios que considera la expulsión, una medida necesaria para garantizar la cohesión interna.
Así, en este contexto se presenta la disyuntiva sobre si un escaño es del partido o del diputado, en una situación que plantea también según el estudio de la Universidad de Salamanca divisiones internas.
Por un lado se encuentran los que consideran mayoritariamente que el escaño pertenece al partido (PP y FRG con un 62,5% de parlamentarios que así lo manifiestan); y, por otro lado, aquellos que opinan que éste es propiedad del diputado (BG y UNE con un 86% y 71% respectivamente).
El informe aborda además la extensión de las redes familiares en la elite política de Guatemala, observando que es similar a la de otros países de América Latina.
El FRG cuenta con el porcentaje más alto de diputados que tiene o ha tenido familiares en la vida pública, siendo el grado de parentesco más frecuente el del hermano.
Le sigue el PP con un 59% de parlamentarios con algún familiar en política (padres y/o tíos, de forma mayoritaria), UNE con un 50%, GANA con un 40% y por último los legisladores del BG, con un 37,5% .
Del estudio se extrae que el grado de extensión de las redes familiares en las formaciones que cuentan con representación en el actual hemiciclo guatemalteco "parece estar relacionado con la edad de los partidos".
Así, el FRG, el más antiguo de los partidos del país cuya fecha fundacional data de 1990, es el que cuenta con mayor número de
familiares en política entre sus legisladores, seguido del PP, fundado en 2001, UNE y GANA creados en 2003 y por último el BG, surgido de una escisión de GANA, y con el menor número de familiares dedicados a la vida pública.
El estudio se ha realizado entre miembros del actual Congreso de los Diputados de Guatemala, entrevistando al 61,4% de sus integrantes que han sido seleccionados aleatoriamente.