Flora Garza Barragán hija de Flora Barrgán, primera benefacora de La legión de Cristo, en entrevista en el noticiario radiofónico de Carmen Aristegui platicó de como el fundador de Los legionarios de Cristo, se fue apoderando de la fortuna y voluntad de si madre.

Esto comenzó, comenta, cuando su padre murió y le dejo a su madre una inmensa fortuna haciéndola una de las mujeres más ricas de México. De esa fortuna se tendría que destinar 10 millones de pesos para la construcción para un hospital para el tratamiento de tuberculosis.

Esos diez millones en lugar de ser ocupados para construir dicho hospital se edificó el Instituto Cumbres, primera gran sede de la congregación, y en donde posteriormente se llevarían a cabo actos de violación de menores. Finalmente terminó donando a la orden más de 50 millones de dólares.

Detalló también cómo durante muchos años mantuvieron a su mamá ocupada para evitar que ella llegase a conocer a algún hombre u otra persona que pudiera alejarla de la orden.

Lo califica como un hombre muy astuto al grado tal de envolver a su madre y a otras personas de alta alcurnia de Monterrey y volverlas fanáticas de catolicismo, entre esos personaje que contactó con el padre estaban, Maria Luisa Noriega, Roberto Garza Sada, Guillermo Zambrano, los Zambrano León entre otros.

Platicó también de como Marcial Maciel llegaba a pasar varios días en la casa de ellas acompañado generalmente por dos seminaristas y de como el se drogaba con unas pastillas de las que hoy se sabe que era Dolantina a la que era adicto y que incluso llegó a otorgarle a su madre.

Con profunda amargura contó como en los últimos 12 años de vida de Flora Barragán el cura prácticamente se olvidó de ella, esto debido a que ya su fortuna se había agotado en donaciones a La Legión.

Su madre le pedía diariamente que se lo comunicara y ella al intentar buscarle, Marcial Maciel se negaba, esto siguió prácticamente hasta el ultimo día de su vida y el sacerdote jamás se apareció ni contesto siquiera las llamadas.