Toronto (Canadá), 19 feb (EFE).- El presidente estadounidense, Barack Obama, rompió el protocolo y la agenda al final de su visita oficial a Ottawa al acercarse a un popular mercado para comerse una "cola de castor", un pastelito típico canadiense.

Obama decidió de forma inesperada ir hasta el mercado Byward, situado a escasos metros del edificio del Parlamento, tras la rueda de prensa conjunta que ofreció con el primer ministro canadiense, Stephen Harper.

El mercado Byward es una de las atracciones turísticas de Ottawa y muy popular en invierno entre los patinadores que, en estas fechas, recorren el canal Rideau precisamente por sus "colas de castor", una especie de dona grande, es decir, unas roscas fritas y blandas.

La visita al mercado sorprendió a propios y extraños porque la organización del viaje había rechazado que Obama se desplazase a la embajada de Estados Unidos en Ottawa, situada a escasos metros del mercado Byward, ante los problemas logísticos que esto suponía.

En esa zona de la ciudad las calles son especialmente angostas, lo que dificulta el movimiento de la limusina presidencial en la que viaja Obama.

Tras disfrutar su "cola de castor", Obama se fue hacia el aeropuerto internacional de Ottawa, donde tiene previsto reunirse con unos 500 estadounidenses, trabajadores de la embajada de su país y sus familias.

También está programado que Obama se reúna en el aeropuerto con el líder de la oposición canadiense, el liberal Michael Ignatieff, antes de partir hacia Washington.