Castries, 21 feb (EFE).- Un grupo de auditores comenzó hoy a investigar las cuentas de tres empresas del multimillonario Robert Allen Stanford en la isla caribeña de Antigua para confirmar las sospechas de un entramado de inversión fraudulento de 8.000 millones de dólares.
Los auditores iniciaron su trabajo después de que los organismos financieros de Antigua tomaran la decisión el viernes de controlar las tres empresas, entre las que se encuentra un banco local.
La Autoridad Reguladora de Servicios Financieros (FRSC, por sus siglas en inglés) ha encargado la tarea de inspección a dos empresas de contabilidad británicas para auditar el Stanford International Banck y la Stanford Trust Company.
El presidente de FRSC, Lebrecht Hesse, afirmó que la decisión de tomar el control de las tres empresas de Stanford se adoptó "Para asegurar y proteger los intereses de los depositantes e inversores".
Al mismo tiempo, el Banco Central del Caribe Oriental (ECCB) ha asumido el control del Bank of Antigua, que es propiedad también del multimillonario tejano.
Los clientes del Bank of Antigua han solicitado la retirada de sus depósitos tras darse a conocer las informaciones de un posible fraude valorado en 8.000 millones de dólares.
El gobernador del ECCB, Sir Dwight Venner, explicó que la entidad tomó el control del Bank of Antigua utilizando las prerrogativas previstas para casos de urgencia y con el fin de no alarmar a los clientes.
Venner indicó que el ECCB controlará todos los fondos, activos y propiedades del Bank of Antigua.
Los efectos del posible fraude financiero se han extendido a Guayana con la pérdida de 1,5 millones de dólares de un fondo de pensiones vinculado a las inversiones del grupo de Stanford.
La crisis financiera en las pequeñas islas del Caribe se desató esta semana cuando la Comisión del Mercado de Valores (SEC) de Estados Unidos acusó a Stanford de operar un entramado de inversión fraudulento por el cual captó 8.000 millones de dólares con la promesa de alta rentabilidad.
Al mismo tiempo, agentes de la policía federal comenzaron a inspeccionar las oficinas de Stanford en Houston (Texas).
La SEC acusó a Stanford de engañar a los inversores, a los que vendió títulos a plazo fijo conocidos como certificados de depósito con unas tasas de interés "improbables y no justificadas".
El banco controlado por Stanford aseguraba que había obtenido una rentabilidad de dos dígitos durante los últimos 15 años y garantizaba a los clientes que sus depósitos estaban seguros, pues invertía principalmente en instrumentos financieros "líquidos", lo que era falso, de acuerdo con la SEC.
Por su parte, Rose Romero, directora regional de la oficina de la agencia en Fort Worth (Texas), señaló que el fraude tiene una magnitud "sorprendente" y que "ha extendido sus tentáculos por todo el mundo".
El juez Reed O'Connor ordenó congelar los activos de Stanford, así como del director financiero del Banco Internacional Stanford, James Davis, y de la directora de inversión del Grupo Financiero Stanford, Laura Pendergest-Holt.
Se trata del segundo fraude a gran escala destapado en Estados Unidos en poco más de dos meses, después de que en diciembre se revelara el llevado a cabo por Bernard Madoff, quien confesó que asciende a 50.000 millones de dólares, según la fiscalía.
El escándalo vinculado al financiero tejano ha alcanzado también al Congreso de Estados Unidos, pues Stanford ha dado millones de dólares en donaciones electorales a políticos, que ahora se apresuran a devolverlos o donarlos a instituciones de caridad.
Entre los beneficiados están John McCain, el candidato republicano a la presidencia el año pasado, y los senadores demócratas Christopher Dodd y Charles Schumer.