A continuación parte de los textos íntegros que implican al funcionario de la televisora de San Ángel:

Esa noche, Salinas estaba muy entusiasmado, muy alegre. En repetidas ocasiones, cuando por cualquier motivo salían asuntos relacionados con Televisa o Tv Azteca, nos decía de manera muy presuntuosa: "Si quieren, ahorita le hablo al güey de Bernardo Gómez o al pendejo de Jorge Mendoza". En fin, daba a entender que estas televisoras estaban dentro de su ámbito de influencia...

Por todo esto, además de las amenazas concretas y directas que me había hecho René (como en el video que me dice que "ni en la Patagonia estaría seguro"), no se necesitaba ser un genio para entender que venían tras de mí. Quiero aclarar que en ese momento no pensé que todo esto incluía meterme a la cárcel; eso se me hacía algo inconcebible. Lo comenté con dos abogados de mi confianza, quienes me dieron la razón, esgrimiendo múltiples y contundentes razonamientos jurídicos.

Sin embargo, con esta inquietud, en la siguiente reunión que tuve con Carlos Salinas hice de su conocimiento toda esta situación. Debo reconocer que él mismo se alarmó y atinadamente –me imagino por la experiencia en fabricar este tipo de maquinaciones—me dijo que López Obrador seguro ya estaba enterado de los videos y que había que acelerar todos los acontecimientos que estaban programados para los próximos meses, que ya no podíamos esperar.

Había que actuar en los próximos días, porque yo ya no estaba seguro en México y tenía que poner tierra de por medio. Salinas advirtió con claridad, ya desde ese momento, que Andrés Manuel quería minimiza el efecto de los videos y la denuncia por la extorsión de que yo estaba siendo objeto por parte del GDF y el PRD, metiéndome a la cárcel y orquestando una campaña de desprestigio en mi contra, como finalmente sucedió.

Con su gran sentido político, Salinas me dijo: "Carlos, hay que dar a conocer los videos lo más pronto posible, porque Bejarano y AMLO o gente muy cercana a él ya se deben de haber enterado de algo. No saben de lo que se trata concretamente, pero quieren boicotear cualquier acción en este sentido. Despojarán de cualquier efecto mediático de trascendencia al asunto de los videos, si tú estás en un problema jurídico o concretamente en la cárcel".

A propósito de una pregunta de Jorge Fernández Menéndez, puntualizo que yo en lo personal no decidí la manera de dar a conocer los videos. Eso lo decidió Carlos Salinas. Me planteó la estrategia, junto con Diego Fernández de Cevallos. Fui testigo de las múltiples conversaciones telefónicas que ambos sostuvieron con Santiago Creel, el entonces secretario de Gobernación, así como con Ramón Martín Huerta, subsecretario de Gobierno de esa misma dependencia con el objeto de coordinar la difusión de los famosos videos, así como su posterior manejo político.

Respondiendo a Ricardo Alemán y a Carlos Ramos Padilla, fue Salinas quien dijo que era mejor darlos a conocer a través de Televisa, porque era la cadena de televisión con la mayor cobertura y audiencia. Sin embargo, manifestó que también existía la posibilidad de que los videos fueran difundidos en TV Azteca. Salinas decidió la estrategia, no la decidí yo.

En ese sentido es que puedo responder afirmativamente a un planteamiento de Ciro Gómez Leyva: sí, Salinas fue el cerebro de los videoscándalos. Yo fui el de los videos, él fue el del escándalo. En cuanto a Diego Fernández de Cevallos, él fue el coordinador.

Hago un paréntesis para hablar de una actitud que me impresionó y es el hecho de que en esos días descubrí que Diego realmente era un títere de Carlos Salinas. Respondía de tal manera a sus peticiones, a sus instrucciones, que en verdad era impactante que el presidente del Senado y coordinador de los senadores por parte del PAN, se sometiera con tanta facilidad a Salinas. No dialogaban. Salinas le deba órdenes cuando hablaban; claro, de manera amable, pero con su voz le daba órdenes.

Para ultimar la estrategia, Salinas le habló a Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa. Presencié la llamada. Primero lo saludo y luego le dijo que tenía un asunto muy importante que comentarle, que le beneficiaría mucho a Televisa y a todos en general, que más tarde se contactaría Diego con él para tratarlo con mayor detalle.

Días después tuve una reunión con Diego, concretamente el día 19 de febrero. Me dijo que ya se habían reunido con Santiago Creel y habían decidido que Federico Döring, asambleísta del PAN, fuera quien diera a conocer esos videos. Es importante aclarar que los videos se iban a dar a conocer una semana antes, o sea el día lunes 23 de febrero de 2004. Lo que retrasó su difusión fue que llegó a Televisa el video del Niño Verde, algo que no tenían contemplado.

Aclaro aquí que no fue casualidad que llegara en esos días el video del Niño Verde, Jorge Emilio González Martínez. Considero que fue un intento por parte de Bejarano y Andrés Manuel de dividir el efecto mediático demoledor que iba tener la difusión del video de Bejarano. Esto me lo comentó en una visita que me hizo al reclusorio en el año 2005, Francisco de Paula León, el padre del disidente verde Santiago León, quien difundió el video contra el Niño Verde.

Por lo anterior, Salinas, Diego y el gobierno federal, de común acuerdo con Televisa, decidieron conjuntamente dar a conocer primero el video del Niño Verde el lunes 23 de febrero y dejar que se quemara esa noticia toda la semana. De ese modo mataban dos pájaros de un tiro: ayudaban a Jorge Emilio González, que en ese entonces era senador del Partido Verde Ecologista, ya que a ellos les interesaba protegerlo, y una semana después daban a conocer mis videos, el 1 de marzo el video de Ponce y el miércoles 3 de marzo el fulminante video de René Bejarano. Es decir, se implementó toda una estrategia mediática para los fines que en ese entonces convenían al gobierno federal, a Salinas y a Televisa.

Carlos Ramos Padilla inquiere, justamente, sobre el papel que desempeñó en todo esto Bernardo Gómez. Salinas y Diego estuvieron en contacto permanente con él para coordinar la difusión de los videos. Una muestra más de este hecho fue que cuando yo estaba en Cuba, Juan Collado me habló y me dijo: "Oye, dice Salinas que le hables a Bernardo para que salgas con Joaquín López Dóriga en le noticiero de hoy en la noche, es importantísimo que salgas", y me mandaron una carta que fue la que yo leí, ese día, el 3 de marzo de 2004. Recibí además esta instrucción: "No contestes ninguna pregunta aunque te insista Joaquín, porque lo va a hacer para no verse tan obvio".

Me pidieron que le hablara por teléfono a Bernardo, lo cual hice de inmediato y al contestarme el teléfono me dijo: "Hola Carlos, ¿cómo estas? Seguramente no la estás pasando muy bien. No te preocupes, todo va a salir bien. Estamos tratando de manejar esto lo mejor posible. Te pido que le hables a Leopoldo Gómez para coordinar tu entrevista con Joaquín hoy por la noche".

Así lo hice. Le hablé a Leopoldo y a las 8 de la noche, hora de México, se realizo la comunicación con Joaquín, quien presentó en su programa de las 10:30 de la noche la plática que tuvimos, en donde yo me limité a confirmar que en días pasados había presentado ante la Procuraduría General de la República una denuncia de hechos, de la cual se podían desprender conductas ilícitas como es la extorsión por funcionarios del entonces Gobierno del Distrito Federal, Joaquín trató de hacerme preguntas y yo señalé que por el momento y por consejo de mis abogados no respondería ninguna pregunta.

¿Cómo intervino Bernardo? Hasta donde yo supe, siempre estuvo enterado de todo. Además creo, sin tener las pruebas claras y contundentes, que él fue la fuente que informó a Andrés Manuel, directamente o a través de su gente, de lo que se venía en su contra. Es decir, jugó a dos bandas. No me extraña, ya que varias veces me recomendó que dejara de ser tan idealista, que privilegiara mis intereses de empresario y que él les apostaba a todos los caballos.

Una vez decidido el medio y la fecha en que se exhibirían los videos de la corrupción, se los entregué a Diego Fernández; el de Bejarano se lo di en persona, como él mismo lo reconoció. El de Ponce se lo hice llegar a través de un colaborador mío.

Manuel Feregrino siente curiosidad por saber dónde vi los videos cuando salieron en la televisión. Irónicamente, yo no los vi, porque en esos días ya me encontraba en cuba y allá no se veía la televisión mexicana, salvo teniendo una antena de Sky, lo cual no era permitido por las autoridades cubanas.

Los videos, tanto el de Gustavo Ponce –difundido el día 1 de marzo en el noticiero de Joaquín López Dóriga—como el de René Bejarano –transmitido el miércoles 3 de marzo en el noticiero de Víctor Trujillo, Brozo--, los vi en el Reclusorio Norte cuando se llevo a cabo una diligencia por parte de la PGR, que consistía en que viera los videos e identificara alas personas que aparecían en ellos.