Carlos Ahumada, relata en su libro “Derecho de réplica”, la emoción que le causó a Carlos Salinas de Gortari el contemplar los videoescándalos, cuando le fueron mostrados en su casa de Camino a Santa Teresa: “Debo confesar que durante el tiempo que lo traté, nunca lo vi tan emocionado: le brillaban los ojos y sonreía. Dijo algo así como: 'Es muy, muy duro, devastador. Con esto están acabados’. Aunque hacía todo por disimular su emoción, ésta lo sobrepasaba”.

Más adelante, el propio Ahumada agrega: “Esa noche, Salinas estaba muy entusiasmado, muy alegre. En repetidas ocasiones, cuando por cualquier motivo salían asuntos relacionados con Televisa o TV Azteca, nos decía de manera presuntosa: 'Si quieren ahorita le hablo al güey de Bernardo Gómez o al pendejo de Jorge Mendoza’. En fin, daba a entender que estas televisoras estaban dentro de su ámbito de influencia”, afirma el empresario argentino, haciendo una crónica del momento más claro en el que se puede demostrar el complot contra Andrés Manuel López Obrador.