México, 22 Jun. (Notimex).- Resultado de seis años de estudio por parte de Eckart Boege, uno de los antropólogos ambientalistas más reconocidos del país, fue editado el libro "El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México".El libro ofrece una perspectiva novedosa sobre este legado que constituye gran parte del sustento de México, y el cual, de acuerdo al autor, se concentra en 22 regiones prioritarias para la conservación y desarrollo del país.La importancia de la coedición del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), ha despertado tal interés que parte del tiraje será distribuido en la región tlapaneca, en Guerrero.El artista plástico Francisco Toledo donará alrededor de 200 ejemplares a las bibliotecas comunales de Oaxaca.En palabras de Boege, académico del Centro INAH Veracruz, la obra que lleva por subtítulo Hacia la conservación `in situ" de la biodiversidad y agrodiversidad en los territorios indígenas, es producto de un "acto amoroso" que se inserta a su vez en un período que representa "la sexta gran extinción de las especies en la historia biológica, esta vez provocada por los humanos"."El libro trata de reposicionar a los pueblos indígenas más allá de lo marginal y de la opinión de instancias gubernamentales sobre el desarrollo social. Los pueblos indígenas tienen algo que decir con cara al futuro y deben hacerlo de manera contundente", añadió."El patrimonio biocultural intenta sacudir conciencias y, en primera instancia, debe ser para el conocimiento de los propios pueblos indígenas, que rompan los límites establecidos por la cartografía y no por la cultura", expresó el especialista durante la presentación editorial que se llevó a cabo en el Museo Nacional de Antropología (MNA).En ese sentido, el doctor Víctor Manuel Toledo, del Centro de Investigaciones de los Ecosistemas de la UNAM, destacó la original metodología usada por Boege Schimdt, para aterrizar datos duros acerca de la población indígena y sus territorios, así como la riqueza medioambiental que tienen.Sigue Presentan El patrimonio/dos/tienen. . El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México, arroja -a su consideración- diversos aspectos reveladores, entre ellos, una delimitación bastante precisa de los territorios indígenas: 28 millones de hectáreas que representan el 14 por ciento de la superficie del país; asienta que el 24 por ciento de la captura de agua a nivel nacional se hace en superficie ocupada por grupos étnicos.Asimismo y pese a la depredación de los ecosistemas más ricos como la selva, varios de éstos aún son habitat de los indígenas. La abundancia de las razas de maíz en toda la República Mexicana, es algo que también se sustenta en la publicación y abre el debate acerca de la introducción de los transgénicos.Un aporte más, Eckart Boege establece en su estudio la existencia de 22 regiones bioculturales prioritarias para la conservación y el desarrollo en el país.El listado comprende la Sierra de Juárez-Delta Río Colorado; Isla Tiburón-Río Bacoachi; Parte baja Río Yaqui-Río Mayo; Alta Tarahumara, Guadalupe y Calvo; Huicot; Sierra Coalcoman; Tancítaro; Sierra Chincua, Cabecera Río Lerma.Continúa con Sierra de Taxco, Lagunas Cempoala, La Malinche; Sierra Mixteca-Triqui, cuenca Papagayo-Ometepec; Sierra Sur de Oaxaca; Kikapoa; Huastecas - Sierra Norte de Puebla; y Sierra Gorda-Barranca de Meztitlán.Valle de Tehuacán; Zongolica - Sierra Norte de Oaxaca; Los Tuxtlas - Sierra Santa Marta; Selva Zoque-Sepultura - Malpaso; Chontalpa; El Triunfo - Encrucijada - Motocintla; Altos de Chiapas - Lacandona; y Península de Yucatán.Enrique Leff Zimmerman, experto del Centro de Investigaciones Sociales de la UNAM, comentó que el patrimonio biocultural no es sólo una yuxtaposición de diversidad cultural y biológica-ecológica, "rescata el hecho de que esa riqueza se generó conjuntamente. Esa agrodiversidad no es producto de la evolución darwiniana, sino de la intervención sabia de los seres humanos.""Hoy en día, este legado se presenta como la vía más sensata, sana y justa de pensar realmente la sustentabilidad planetaria. Este libro no hace un tratado de etnobotánica o un estudio antropológico vinculado a la diversidad biológica, está inscrito en una perspectiva de búsqueda de salida de esta crisis ambiental", agregó."No es nada más que los pueblos indígenas tengan un derecho a la distribución equitativa de los beneficios derivados de la estrategia del desarrollo sostenible. Se trata de que a partir de mostrar ese potencial biocultural, se abran vías para repensar este mundo cosificado, unificado por la racionalidad económica, pero que está soportado en esa diversidad", concluyó.