Washington
Washington.- La esperanza y
el optimismo que brotaron en todo Estados Unidos en los primeros meses de la
presidencia de Barack Obama están dando paso a la dura realidad y la mayoría de
los estadounidenses vuelve a pensar que la nación no está bien encaminada
después de un período en que más pensaban que estaba en el camino correcto,
reveló una encuesta de Associated Press-GfK.
Obama todavía cuenta con un sólido 55% de aprobación --mejor que
Bill Clinton y aproximadamente igual que George W. Bush a seis meses del
comienzo de sus presidencias-- pero existen dudas crecientes de si podrá
imponer algunos de los principales objetivos de su temario. También crece la
impresión de que está tratando de abarcar demasiadas cosas demasiado pronto.
El número de personas que cree que Obama puede mejorar la
economía ha bajado 19 puntos porcentuales después de la euforia que sucedió a
su inauguración. Lo mismo en cuanto a la expectativa sobre la creación de
empleos.
También ha bajado significativamente el porcentaje de
encuestados que cree que Obama puede reducir el déficit, retirar los soldados
estadounidenses de Irak y mejorar el respeto a Estados Unidos en el mundo,
todos con baja de 15 puntos porcentuales.
En cuanto a la reforma del sistema de salud pública, el plan
predilecto de Obama, las esperanzas de éxito han bajado 6 puntos.
Si se suma todo esto, ¿significa acaso que Obama ha perdido su
carisma? ¿O que su lema "sí, se puede" se ha transmutado en un
"quizás"?
"Pienso que es sólo la realidad", dijo Sandy Smith,
especialista en relaciones públicas en Los Angeles. "No es Superhombre,
¿no es así?"
Por cierto, no es inusual que las tasas de aprobación bajen
después que los presidentes se abocan a sus tareas. Caen por la compleja
situación del mundo real, por gente que no está de acuerdo con la manera en que
encaran los problemas, por las críticas de los adversarios políticos.
En el caso de Obama, los problemas que enfrenta a nivel nacional
e internacional son enormes y su capacidad para culparlos a su predecesor se
desvanece.
Abundan los desafíos en Irak y Afganistán. El desempleo, que era
del 7,6% en enero, subió al 9,5% en junio y se anticipa que seguirá aumentando
hasta bien entrado el año próximo. Casi un 4% de los propietarios de viviendas
enfrentan ejecución hipotecaria y otro 8% está por lo menos atrasado un mes en
los pagos, los mayores niveles desde era de la Gran Depresión.
El presidente está inmerso en el debate acerca de cómo reformar
el sistema nacional de salud y la gente está nerviosa por el modo en que pueda
resultar afectado su propio seguro. Los críticos de Obama le acusan de conducir
un "gran experimento" riesgoso que pueda afectar la economía y
obligar a millones a quedar sin su seguro actual.
Todo esto repercute sobre las expectativas. El número de gente
que cree realista esperar al menos alguna mejoría visible en la economía
durante el primer año de Obama en el cargo bajó del 27% en enero al 16% en la
encuesta más reciente.
También se ha producido una baja en la imagen personal del
presidente, aunque sigue siendo bien evaluado. Unos dos tercios creen ahora que
Obama comprende los problemas de los ciudadanos ordinarios, menos que el 81%
registrado en enero. El 69% considera que su presidente es un líder enérgico,
en comparación con el 78% después de su asunción.
"El no sabe lo suficiente sobre nada de esto", opinó
Michelle Kelsey, un estudiante de 37 años en Breckendride, Misurí, quien dio a
Obama tres puntos en una escala de 10 en liderazgo, pero agregó de todos modos
que "nadie pudo haberlo hecho mejor".