Madrid, 6 Sep (Notimex).- La popularidad del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, bajó peligrosamente cerca del 50 en las últimas semanas, después de haber perdido más de 10 puntos a lo largo del verano, destacó hoy el diario español El País.
En su edición de este domingo, el rotativo señaló que bajar en las encuestas mientras se está de vacaciones debe de ser, en cierta medida, un estímulo para la vanidad de un político, que puede ver en esa circunstancia una prueba de su imprescindible influencia.
"Eso es lo que le ha ocurrido a Barack Obama, que se reincorpora al trabajo con tres frentes abiertos, Afganistán, la reforma sanitaria y la seguridad nacional, destacó.
Anotó que su ausencia ha sido aprovechada por sus rivales para una despiadada campaña en la que se le ha comparado con Hitler, se ha identificado su programa de gobierno con el Manifiesto Comunista y se han sembrado en todo el país dudas.
Dudas no sólo sobre su propuesta de reforma sanitaria, sino también sobre sus condiciones como comandante en jefe y las últimas intenciones de su presidencia, agregó.
El País consideró que esa campaña, impulsada por figuras de una oposición republicana radicalizada y apoyada en una base social conservadora mayoritaria en Estados Unidos, no es, sin embargo, la única razón del debilitamiento de Obama.
Más importante que eso han sido sus propios errores a la hora de explicar algunos de sus proyectos y al escoger la táctica más adecuada para impulsarlos, aseveró.
El miércoles Obama hablará ante una sesión conjunta del Congreso, un acto poco frecuente en un sistema presidencial como el estadunidense.
El País insistió que después de siete meses y medio de una agitada gestión, en la que Obama ha afrontado al mismo tiempo una crisis económica, la regeneración de la política exterior y una ambiciosa agenda de reformas sociales, su popularidad comienza a resentirse.
No obstante, enfatizó que nada tiene eso de alarmante ni sorprendente. "Para eso está la popularidad, para gastarla gobernando. Se supone que el objetivo de un presidente no es la mejora en las encuestas, sino el crédito que se puede obtener con el éxito de su política", recalcó.
La reforma sanitaria es el más inmediato y peligroso terreno de combate y hasta hoy, se trata de una pelea que Obama va perdiendo.
Un 56 por ciento desaprueba la forma en que la Casa Blanca está conduciendo esa iniciativa, y un 60 por ciento confiesa carecer de información suficiente.
"A grandes rasgos, lo que a los ciudadanos les suena de esa reforma es que habrá más intervención del Estado, menos libertad de elección para los pacientes, que todo costará más y la medicina perderá calidad", acotó el diario español.