MEXICO

(AP) — El nuevo procurador general mexicano prometió el viernes

mantener una relación estrecha con Estados Unidos para combatir el

narcotráfico, aunque pidió un marco de corresponsabilidad para

controlar el flujo de armas que llegan a ser utilizadas por los

carteles de las drogas.

"La relación con los Estados Unidos de

Norteamérica, al igual que con los países de Centroamérica con los

cuales colindamos, con los países de Sudamérica, con Canadá, tendrá que

ser primero muy respetuosa, tendrá que ser con estricto respeto a la

soberanía de nuestro país... tendrá que ser muy estrecha, muy abierta",

dijo Arturo Chávez en su primer rueda de prensa tras ser ratificado por

el Senado como procurador general.

Chávez llega al cargo en medio

de una ola de violencia de los carteles en varias zonas del país y con

una sombra de críticas a cuestas por parte de grupos civiles y miembros

de la oposición que le reclaman su actuación como procurador del estado

norteño de Chihuahua en la década de 1990 frente a los crímenes de

mujeres en la fronteriza Ciudad Juárez.

El nuevo procurador dijo

que al tiempo de buscar recuperar la confianza de la ciudadanía, está

decidido a continuar con la depuración de la Procuraduría General de la

República (PGR), que llegó a ser infiltrada por el narcotráfico, por lo

que anunció que todo el personal de la dependencia —incluido él— serán

sometidos a rigurosos exámenes de control de confianza.

"El

problema de la corrupción es histórico... habremos de concentrar

nuestros afanes en evitar que esta corrupción permita entre otras cosas

la filtración de información", dijo.

La PGR inició en 2008 la

denominada "Operación Limpieza" tras detectar que carteles de las

drogas habían infiltrado la institución, lo que derivó en la detención

de 25 altos funcionarios y agentes, incluido el ex zar antidrogas Noé

Ramírez, acusado de recibir al menos 450.000 dólares del Cartel del

Pacífico a cambio de información confidencial.

México

se ha visto envuelto en una ola de violencia atribuida a los carteles

de las drogas, que libran una batalla interna por nuevos espacios y

mantienen enfrentamientos con las autoridades.

Desde que asumió

el poder en diciembre de 2006, el presidente Felipe Calderón inició una

estrategia que ha incluido el despliegue de más de 45.000 soldados y

agentes federales para contener la violencia.

Hasta ahora, sin

embargo, se han registrado más de 13.500 asesinatos, según un recuento

que hizo el anterior procurador Eduardo Medina-Mora antes de renunciar

al cargo. Chávez dijo no tener una actualización de la cifra de

asesinatos atribuidos al crimen organizado.

"Hay muchos

homicidios que aún no se esclarecen y si no se esclarecen no podemos

afirmar que tenga una relación directa con la delincuencia organizada.

En cualquier caso deben ser muchos, deben de ser muchísimos", señaló.

El

gobierno ha señalado en diversas ocasiones que parte de la violencia se

ve alimentada con las armas de alto calibre que los narcotraficantes

consiguen en Estados Unidos, por lo que ha insistido en que las

autoridades del vecino país del norte hagan más para detener ese

tráfico.

"Lo que nosotros pedimos en el ámbito de la

corresponsabilidad que ha normado la comunicación y la colaboración de

ambos países y particularmente en fechas recientes, es el que se

controle el flujo hacia México", señaló.

Chávez añadió que "está claro que muchísimas de estas armas son utilizadas precisamente por la delincuencia organizada".