Managua, 17 sep (EFE).- El ex presidente hondureño Manuel Zelaya

dijo hoy en Managua que las 1,3 millones de firmas de apoyo a una

Asamblea Constituyente recolectadas por sus seguidores en Honduras son

un "llamado elocuente del pueblo" para que las autoridades permitan su

retorno al país.

"Esas firmas son un llamado elocuente del pueblo",

celebró Zelaya en una rueda de prensa en Managua, en donde recibió el

respaldo del jefe de Estado de Nicaragua, Daniel Ortega, para asumir un

escaño de diputado en el Parlamento Centroamericano (Parlacen).

"Más

de 1,3 millones de firmas es más claro que cualquier tipo de

manifestación de que el pueblo quiere la restauración del orden

democrático y el retorno de los exiliados, de los desterrados de

nuestro país simplemente por problemas políticos", continuó.

El

derrocado ex mandatario demandó al Gobierno del presidente hondureño,

Porfirio Lobo, resolver su retorno pacífico para poder ejercer sus

derechos políticos y ser interlocutor de la oposición "en pro de la

búsqueda de las soluciones a las crisis estructurales históricas del

país".

El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que apoya a

Zelaya, recolectó 1.342.876 firmas en toda Honduras en los últimos

cinco meses, según anunciaron hoy sus dirigentes en una rueda de prensa

en Tegucigalpa.

Sin embargo, "no vamos a presentar firmas a ningún

poder del Estado" para pedirle que se convoque a la Constituyente, sino

que consultará con los miembros los pasos a seguir, señaló a Efe en la

capital hondureña el coordinador del Frente, Juan Barahona.

Las firmas se recogieron entre los pasados 20 de abril y 15 de septiembre, según un comunicado del FNRP.

La Constitución hondureña, vigente desde 1982, no establece ningún mecanismo de convocatoria de una Constituyente.

Aunque

la Constitución incluye el plebiscito y el referéndum, establece que no

se podrán convocar para cambiar los artículos considerados "pétreos" de

esa Carta Magna, uno de ellos el que prohíbe la reelección presidencial.

Zelaya

fue derrocado el 28 de junio de 2009, cuando iba a celebrar una

consulta para promover una Constituyente que tendría entre sus

objetivos prolongar su mandato, que comenzó en 2006.

El ex

mandatario vive exiliado en la República Dominicana, aunque se

encuentra de gira por Centroamérica para hablar de su ingreso al

Parlacen, algo que, según él, le corresponde por derecho dada su

condición de ex gobernante de uno de los países miembros de dicha

institución.