Paulette Gebara Farah, la niña de cuatro años de edad quien fue reportada como desaparecida el pasado 22 de marzo, y que hoy fue hallada muerta en su propia casa, movilizó, a la policía, a los medios de comunicación y a las redes sociales. El caso nos hace pensar sobre las decenas de niños mexicanos que diariamente desaparecen, y cuyas familias no tienen acceso a los medios necesarios para emprender una campaña de búsqueda.Datos de la Asociación Mexicana de Niños Robados y Desaparecidos detallan que al mes recibe un promedio de 20 casos, de los cuales sólo a 4 logran recuperar.La organización destaca que de los casos reportados, el 50% están relacionados con la sustracción, 20% son robo de infantes y 30% son desaparición.De acuerdo con un dictamen de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, en 2007, organizaciones especializadas en la búsqueda de infantes y México Unido contra la Delincuencia denunciaron que anualmente desaparecen en el país unos 45 mil niños, y que en el Distrito Federal y en los estados de México y de Jalisco el problema registra la mayor gravedad, que en muchos de los casos los menores terminan en Estados Unidos o Canadá, donde se pagan hasta 50 mil dólares por niño.Entre 2005 y 2006 se reportó que cerca de 32 mil niños fueron robados o extraviados, según la Unidad Especial para la Atención de Delitos de Tráfico de Menores de la Procuraduría General de la República.Y es que las bandas que se dedican al robo de infantes cada vez integran más en sus filas a personas claves, que sean profesionales de la medicina o que trabajen en hospitales.Ante este panorama, la organización consideró necesario que las autoridades de salud federal, estatales y locales, junto con la Procuraduría General de la República instrumenten medidas para combatir el tráfico de menores, así como el uso de tecnología que permita la identificación de entrada y salida del personal que labore en clínicas.