La dictadura del general Augusto Pinochet

(1973-1990) utilizó el futbol como recurso político, elemento distractor

y mecanismo de manipulación masiva, según reveló una investigación

periodística.

El trabajo de los periodistas Carlos González Lucay y Braian Quezada

Jara está contenido en el libro "A Discreción- Viaje al corazón del

futbol chileno bajo la dictadura militar", presentado esta semana al

público lector e hinchada futbolística.

Pinochet "era consciente de la repercusión social que tenía el futbol y

que debía actuar rápido, para mantener la distracción en una sociedad

que pasó de la confianza a la decepción con el régimen, en especial tras

la crisis económica de 1982", dijo González a Notimex.

El pragmatismo de Pinochet a la hora de gobernar, agregó el autor,

"queda de manifiesto cada vez que algún escándalo deportivo sacudía a la

opinión pública: movía las piezas y cambiaba de cargos, sin perseguir

ni castigar a los responsables".

O cuando en momentos de manifestaciones masivas de la población, como

las protestas populares en los años 80, el futbol programaba atractivos

programas cuadrangulares.

La dictadura de Pinochet realizó violaciones a los derechos humanos con

prisión, tortura y muerte de opositores, como intervención en el deporte

y en los clubes y en sus directivas, cuyos puestos fueron ocupados por

militares.

Ello, además de la ocupación de los estadios como centros de detención,

tortura y escenarios de fusilamientos sumarios. La principal entidad del

deporte en el país, la Dirección General de Deportes y Recreación

(Digeder), estuvo a cargo de generales como Nilo Floody Buxrin, Iván

Dobud Urquieta, Arturo Alvarez Scoglia y Sergio Badiola.

Los dirigentes 'civiles' de los clubes tenían que contar con la venia

del general Pinochet, la Asociación Central de Futbol (ACF), fue

presidida por el general de la policía militarizada de Carabineros,

Eduardo Gordón Cañas.

Pinochet, señala por su parte el libro, tenía plena conciencia del valor

de mantener bajo control - incluso financiero- al futbol e incluso pudo

sacrificar a un general, con tal de mantener al futbol como elemento a

su favor.

De todos fue conocido el relato de la sacada del puesto del Director del

Digeder, del general Iván Dobud e incluso de su pase adelantado al

retiro, por restringir los aportes al futbol que estaba en situación de

quiebra, incluída la Selección Nacional.

Al explicarle las razones de su alejamiento, Pinochet le dice a Dobud:

"Se me puso peleador. No ve que puso al gobierno como enemigo de la

Selección. Y cuando es cosa de futbol, la gente no perdona".

Y ante la réplica de Dobud y su reclamo por el pase a retiro, Pinochet

agregó, "Es que se desgastó mucho, peleando por la tele con los

peloteros. Por eso, no lo puedo poner en otro cargo donde se le vea la

cara. Es fregado meterse con el futbol, General".

En la época hubo incluso entrenadores, como Luis Santibáñez, que

firmaron su contrato para dirigir Universidad de Chile, en oficinas de

La Moneda, ante Ambrosio Rodríguez, abogado del ministerio del Interior

de Pinochet.

Para Carlos González, la intervención de la dictadura de Pinochet en el

deporte y su utilización como arma de táctica política, "ensucia el

campo del deporte, es realmente una vergüenza".

Y el libro que escribió con Braian Quezada, es testimonio y una advertencia, concluyó.