Como es de dominio público,

en 2006 se defraudó la voluntad popular y una mafia con poder económico y

político se robó de manera ilegal la Presidencia de la República.

Esta mafia está integrada por 16 multimillonarios, 11 políticos

corruptos y tres tecnócratas. En total suman 30 los que se creen amos y

señores de México.

Esta mafia la conformó Carlos Salinas cuando se propuso crear un grupo compacto para perpetuarse en el poder.

Con ese propósito se utilizó como parapeto el modelo económico

neoliberal y se llevó a cabo el saqueo de las riquezas nacionales más

grande que se haya registrado en toda la historia de México.

Con el pretexto de la apertura económica, la modernización y la

competitividad, ese grupo ejecutó una política de pillaje que ha

consistido en entregar a particulares, nacionales y extranjeros, las

reservas mineras de la nación, las empresas públicas, los bancos, los

beneficios del petróleo, el gas, la industria eléctrica y el presupuesto

público.

Este saqueo se llevó a cabo al amparo del poder público y durante

los gobiernos del PRI y del PAN. Y al paso del tiempo, también se

adueñaron de las instituciones y confiscaron todos los poderes públicos.

Por si fuese poco, esta oligarquía también posee o controla a la

mayoría de los medios de comunicación, en particular a la televisión.

En consecuencia, esta minoría es la responsable de la actual

tragedia nacional. Su codicia es la principal causa de la desigualdad,

del desempleo, de la pobreza y de la violencia que se ha desatado en el

país.

Y como es obvio, se opone a cualquier cambio en beneficio del

pueblo, aunque termine de arruinar a México y de desgraciarnos a todos.

Por nuestra parte, tras el fraude electoral de 2006, muchos mexicanos formamos un movimiento de resistencia civil pacífica.

Este movimiento se ha convertido en la verdadera oposición a la política de injusticias, corrupción y privilegios.

Hemos defendido el petróleo; hemos emprendido acciones en defensa de

la economía popular y hemos rechazado las medidas antipopulares y

entreguistas del gobierno actual.

Sostenemos que con la orientación, la concientización y la

organización del pueblo podemos llevar a cabo la transformación del

país.

Postulamos que sólo el pueblo puede salvar al pueblo y que sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación.

Con esa idea visité los 2,038 municipios del país y los 418 municipios indígenas de usos y costumbres de Oaxaca.

Con el trabajo de muchos hombres y mujeres libres y conscientes,

hemos logrado construir una organización ciudadana nacional que tiene

como objetivo principal lograr el renacimiento de México.

Siempre hemos actuado en forma pública, franca y abierta. En los

últimos cuatro años, hemos estado 17 veces en el Zócalo de la Ciudad de

México para defender nuestras ideas y dar a conocer nuestras propuestas.

En esa plaza, en la última asamblea nacional del 25 de julio de

2010, tomamos la decisión colectiva de participar en la contienda

presidencial de 2012. Y así será. Allí presentamos nuestro Proyecto

Alternativo de Nación.

No se ha decidido todavía quién será nuestro candidato, de lo que sí

estamos seguros es que buscaremos construir una mayoría nacional para

llevar a cabo la transformación que México necesita, porque ese es el

objetivo principal de nuestro movimiento.

A partir de esta definición, la mafia del poder ha echado a andar

una estrategia para evitar que presentemos una candidatura en esas

elecciones. Su propósito es destruirnos políticamente para seguir

manteniendo su hegemonía mediante la utilización de los partidos que

tiene bajo su control. Me refiero al PRI y al PAN.

Aprovecho para aclararles que no empleo el término "mafia" para

insultar ni para denigrar a nadie, sino para describir una realidad. En

el Diccionario de la Real Academia se establece que esa palabra

significa "grupo organizado que trata de defender sus intereses".

Señalo también que he calificado de tragedia nacional la actual

situación del país y he señalado a quienes considero los responsables de

la misma, incluyendo al señor Calderón, cuya ineptitud y mal gobierno

se demuestra en el hecho de que hay millones de desempleados y de nuevos

pobres; en el abandono a los jóvenes; en la destrucción de la clase

media y de las actividades productivas; en la emigración; en la falta de

obras y servicios públicos; y en la corrupción imperante.

El fracaso de Calderón es público y notorio. Se puede medir con la

caída del poder adquisitivo de los salarios; con el retroceso del país

en los indicadores internacionales de crecimiento y bienestar; con la

ausencia del estado de derecho en extensas regiones; con el temor y el

miedo de la población, con la inseguridad pública; con los cerca de 30

mil muertos por su estrategia fallida contra el crimen organizado.

Este recuento bastaría para saber que el propio Calderón es quien

menoscaba la imagen presidencial y degrada a las instituciones.

Yo no daño la "imagen" presidencial, la denigra quien no ha sabido

estar a la altura de los anhelos del pueblo; envilece la investidura

quien me acusa de ser un peligro para México, dando así el banderazo de

arranque a la nueva campaña de odio y rencor en contra nuestra.

En lugar de actuar como hombre de Estado y gobernar para todos los

mexicanos, Calderón demuestra cotidianamente que no es más que un jefe

de facción y un operador político de la oligarquía y de su guerra sucia.

Desde 2004 hemos sido objeto de una campaña permanente de ataques y

calumnias. Los medios de comunicación en manos de la mafia del poder nos

niegan los espacios para explicar nuestras propuestas y sólo aparecemos

en ellos cuando somos objeto de infundios o descalificaciones.

Ahora, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y

este Instituto Federal Electoral ordenan la suspensión de nuestros

mensajes en radio y televisión por supuestas violaciones a la ley.

En esos pocos tiempos y espacios de que disponemos, no decimos

mentiras ni engañamos, informamos a los ciudadanos de nuestras

propuestas para que ellos tengan elementos y decidan libremente.

Tampoco he incurrido en actos anticipados de campaña ni me he

proclamado precandidato ni candidato, ni he llamado a votar por ningún

partido de cara a los comicios de 2012.

Me queda claro que el asunto en cuestión, lo que nos tiene aquí, no

es jurídico sino político. Es evidente que la mafia del poder que se

robó la Presidencia de la República ahora quiere destruir las esperanzas

de millones de mexicanos que luchan por establecer una auténtica

democracia.

Con esta actuación en mi contra, el IFE está juzgando mis opiniones

sobre la realidad del país, está tratando de cancelar mi libertad de

expresión y mis derechos ciudadanos.

A esto se debe que esté compareciendo aquí, respondiendo formalmente

a dos citatorios cuya respuesta jurídica anexo a este escrito.

Quiero hacer mención especial al hecho de que el IFE me ha

solicitado información sobre mis ingresos, el pago de impuestos,

utilidades, cuentas bancarias, en México y en el extranjero, y otros

activos circulantes.

Aunque todo ello pone de manifiesto que se trata una actitud majadera y amenazante, intimidatoria, puntualmente respondo:

Percibo un sueldo mensual de 50 mil pesos de la Asociación Civil Honestidad Valiente.

Una cuenta de cheques en el banco HSBC cuyo número es

000004021293378, con un saldo a la fecha de nueve mil treinta y cuatro

pesos con treinta y nueve centavos.

Cabe señalar que desde hace dos años con ocho meses esta cuenta no

ha tenido movimiento alguno, como se demuestra en el documento anexo.

No tengo tarjeta de crédito, mucho menos cuentas en el extranjero.

Presento mi cédula de identificación fiscal. He pagado mis impuestos

en tiempo y forma. Entrego al IFE la constancia correspondiente. El año

pasado pagué 178 mil 051 pesos de impuestos, como se demuestra en la

declaración anual que anexo.

En cuanto a bienes inmuebles, poseo solamente una casa, situada en

Palenque, Chiapas, donde vivían mis padres y que me fue heredada.

Considero necesario agregar que, a diferencia de quienes realmente

están promoviendo la acusación en mi contra, no tengo riquezas

materiales, no soy corrupto, lucho por mis ideales y mis principios, no

por la ambición al dinero. Siempre he pensado que el peor de todos los

ladrones es el político corrupto, lacayo de las empresas nacionales y

multinacionales.

En razón de lo anterior, exijo que, en el marco de esta indagatoria,

se solicite a Carlos Salinas de Gortari, a Elba Esther Gordillo, a

Enrique Peña Nieto, a Vicente Fox Quesada, a Felipe Calderón Hinojosa y a

Manlio Fabio Beltrones que aporten la misma información de sus bienes y

patrimonio que me ha requerido el IFE.

Lo anterior, con el propósito de que la ciudadanía tenga todos los

elementos sobre quienes actuamos en la vida pública del país. Considero

que esto sí ayudaría realmente a enfrentar la corrupción política, que

es la causa principal de la desigualdad social y económica y lo que más

ha dañado a México.

Para cualquier aclaración, expreso a ustedes que estoy dispuesto a

comparecer las veces que sea necesario. Y con ese propósito he nombrado

como representante legal al doctor Jaime Cárdenas Gracia.

Por último, anexo dos libros de mi autoría que fundamentan las

afirmaciones que he expresado aquí: La mafia nos robó la presidencia y

La mafia que se adueñó de México... y el 2012.