El hombre, de 32 años de edad, afirmó que se sintió "forzado"
a probar la comida diariamente para comprobar que los estándares de calidad
permanecieran altos ya que la empresa de comida rápida contrataba "clientes
secretos" para visitar los restaurantes y reportar sobre la comida, el servicio
y la limpieza.
Además, como la compañía ofrece comida gratis a los
empleados, el contenido calórico que consumía en el trabajo se incrementó aún
más.
La identidad del hombre no ha sido revelada, pero McDonalds
replicó afirmando que se encuentra considerando sus opciones legales.