Estados Unidos.- En su octavo cumpleaños, Robbie Middleton fue atado a un árbol, rociado con gasolina y le prendieron fuego. Quedó con quemaduras de tercer grado en el 99% de su cuerpo. Nadie esperaba que sobreviviera.

Pero en una historia de coraje asombroso, Robbie vivió. Soportó 200 operaciones y terapia reconstructiva.

Trágicamente, murió unas semanas antes de cumplir 21 años. Su deceso se debió a un cáncer que los médicos atribuyen a las quemaduras sufridas en el ataque.

Pero justo antes de morir en un desgarrador video de 17 minutos, nombró a quien según esto seria su atacante. Y también afirmó que había sido violado por la misma persona, un vecino de 13 años de edad, llamado Don Collins, dos semanas antes de ser incendiado.

Con estas acusaciones ahora queda abierto el proceso para Collins, ahora de 27 años, quien podría ser condenado por “homicidio intencional”.

El abogado David Walker está cambiando los cargos con el fin de ser capaz de procesar Don Collins a pesar de que cometió el delito.

 

Robbie antes del ataque


La Historia:

Robbie celebraba su cumpleaños número ocho el 29 de abril de 1998, entonces se encontró con su vecino, Don Collins, en un camino de madera cerca de sus casas en Splendora, Montgomery .

Dos semanas antes los muchachos se había reunido en el mismo lugar y Collins, de 13 años, violó a Robbie. 

“Don me agarró por el hombro y me tiró gasolina en la cara”, dijo Robbie Middleton en el vídeo.

Don Collins no fue procesado por el delito, a pesar de que estuvo detenido después un testigo  hiciera declaraciones de la escena, según el registro policial. En 2001, Don Collins de 16 años, fue encarcelado por abusar sexualmente de otro niño de ocho años de edad.

.

El agresor Don Collins


Veredicto:

Un médico forense dictaminó que la muerte de Middleton fue un homicidio.

Debido a que en el video que sirvió como declaratoria para el jurado, presentaban imágenes muy violentas, muchos en el jurado lloraron al ser testigos de dicho testimonio.

Los padres de Robbie fueron indemnizados con $150 millones de dólares, la suma más alta en la historia de las compensaciones estadounidenses.