Caballeros, es hora de salir del gimnasio e ingresar al bar de su preferencia. Claro, si lo que quieren es que les vaya bien con el sexo opuesto.
Un nuevo estudio realizado en la Gran Bretaña indicó que tres de cada cuatro mujeres prefieren a un hombre "flácido" (de la barriga) que uno esculpido a mano. Lo relevados es que el 96 por ciento de las mujeres dijeron que un hombre obsesionado con el gimnasio es aburrido en una cita.
El estudio concluye que mientras un hombre en forma es más atractivo para ver, no lo es para estar con él y tener una relación, ya que estos exhiben más sus inseguridades a la hora de entablar una conversación.
La clave de no querer ni si quiera una relación pasajera con un hombre en forma es que el 74% de las mujeres se sienten algo inseguras con su propio cuerpo y no se sienten del todo cómodas al desvestirse frente a un hombre al que evidentemente le importa lo físico.
Las mujeres se sienten menos amenazadas por los hombres que comen de todo y no se están midiendo, ya que lo vital para ellas es estar en una relación en la que ellas sean el centro de "belleza" y no su pareja.
La mayoría pensaban que el preocuparse de más por la comida y el ejercicio es una característica femenina y no se desea eso en su pareja.