Anna Gray, residente del reino unido, contó una anécdota en la que ilustra como tuvo que recurrir a una medida extrema para deshacerse de un tipo con el que no había química.
Tras ignorarlo en varias ocasiones y no responder a sus mensajes, el tipo amenazó con llegar a su casa a una cita, “en media hora” y sin que se hubiera llegado a un acuerdo previo.
Anna respondió que se encontraba “grave” en un hospital, por lo cual no podía atenderlo. Sin embargo, esto no desanimó al hombre, el cual ahora quería ir a visitarla al hospital.
Como el tipo no admitía un “no” como respuesta, Gray cuenta que a final de cuentas tuvo que fingir ser su hermana y mandó un mensaje en donde se lamentaba de “su muerte”.
Meses después, recibió un mensaje del mismo hombre lleno de groserías, ya que se había dado cuenta que en realidad vivía. Afortunadamente, había cumplido con su propósito: al fin se deshizo de él.