Joel y Ashley, residentes de la ciudad de New Berlin, Illinois, contraerán matrimonio en un evento demasiado absurdo para ser cierto.
Tras el anuncio del enlace matrimonial en el periódico State-Journal Register, la cadena de comida rápida decidió pagar por la ceremonia de la feliz pareja.
Un representante de Burger King decidió contactar a Joel Burger y a Ashley King, informándoles que se harían cargo del costo de la ceremonia.
La pareja se conoció desde el jardín de niños, aunque no comenzaron a salir en plan romántico hasta la universidad.
Pese a las bromas hechas sobre sus apellidos, el futuro matrimonio “Burger-King” ha adoptado con orgullo su denominación, con muy buenas consecuencias hasta la fecha.