Ocho prisioneros (algunos de los cuales fueron arrestados por crímenes violentos) de Texas, ayudaron a salvar la vida de un guardia que se desplomó de un ataque al corazón delante de sus narices.

Aunque los presos se encontraban esposados, salieron de una celda de detención de los tribunales del Distrito Weatherford cuando vieron que el hombre estaba en el suelo.

Así, golpearon las paredes y gritaron hasta que personal de seguridad acudió al lugar. 

"Nos preocupaba que los otros guardias llegaran con armas en la mano sobre nosotros", contó el interno Nick Kelton.

Mientras tanto, arriba creían que se había iniciado una pelea, pero cuando bajaron las escaleras y despejaron el cuarto notaron que su compañero estaba tirado.

Gracias a los internos, los paramédicos llegaron a tiempo y el guardia está fuera de peligro, incluso regresara a trabajar la próxima semana.

"Nunca pasó por mi mente no ayudarlo. Si se cayó, tenía que hacerlo", dijo Nick.

Con información de Vice.