Investigadores han creado en el Instituto Empa de St. Gallen una fibra óptica lo suficientemente flexible para integrar sensores en los tejidos de la ropa, algo que permitiría a los hospitales monitorear el ritmo cardíaco de los pacientes en recuperación o de los deportistas durante sus entrenamientos.
¿Cómo funciona?
El material compuesto por dos polímeros que se mezclan y entretejen: uno transmite los datos basados en las emisiones de luz, mientras que el segundo funciona como recubrimiento de protección.
El sensor puede usarse en cualquier parte del cuerpo, midiendo la densidad de la luz que se emite en el tejido cutáneo, la cual cambia con el pulso del corazón. Para la investigación utilizaron la tecnología en una especie de gorra para medir el ritmo cardíaco de los sujetos de prueba por medio de la frente.
Esta técnica permite que la fibra sea mucho más flexible que las tradicionales (que suelen dañarse al doblarlas) por lo que incluso puede lavarse a máquina sin preocupación, además el material es tan económico que facilita su producción masiva.