¿Que nos depara el nuevo año? Nada bueno, luego de lo vivido y padecido a partir de finales de febrero, cuando se confirmó el primer caso de Covid-19 en territorio nacional, aunque ya veníamos con cola larga. El crecimiento del 3 por ciento de 2018, mediocre, pero al fin crecimiento, en el 2019, con el nuevo gobierno se redujo a cero-había prometido crecer al 6%-.

Recordemos que sobre la pandemia las autoridades de salud pronosticaron algo menor, pasajero, “transitorio”. Los mexicanos somos tan excepcionales que podría darse el caso de que no nos afectara. ¿Muertes? A lo mucho unas seis personas, estimó el subsecretario vocero, a principios de mayo pasado.

“Sobre la estimación de mortalidad, sigue siendo la que hemos proyectado. Ahorita tenemos dos mil 271 personas que han perdido la vida por Covid-19 y estamos cerca del punto medio de la curva epidémica. En el descenso de la curva podemos tener las otras más o menos dos mil o tres mil, y con ello ya tendríamos casi seis mil o cinco mil 271 si lo ponemos nada más así, simplemente agregando tres mil más”.

Hoy el número de muertes ronda los 130 mil. Una cifra, hay que decirlo, cuestionada por expertos y políticos de oposición. Según ellos ese número habría que multiplicarlo por 3 o 4 para aproximarnos a la verdad. Indican que, por razones políticas, hay un subregistro de los decesos.

De ser así, las defunciones andarían por el medio millón. He aquí una de las razones causantes de mayor zozobra entre la población. De todos modos y con datos oficiales, México es el país con la tasa de letalidad más alta (8.8) entre los 20 países más afectados por la enfermedad (Universidad Johns Hopkins al 5 de enero de 2021).

Por aquellos mismos días de mayo un grupo de senadoras del PAN salió a reprochar: “¿Que confianza podemos tener cuando hay una danza de cifras y proyecciones que no sólo provocan duda e incertidumbre en México, sino que trascienda a los medios internacionales?”.

Mencionaron las primeras planas de medios internacionales. Las del The New York Times, The Wall Street Journal, The Washington Post y El País; revelaban que las cifras oficiales reportadas de contagiados y fallecidos eran menores a las reales. Luego vino la contrarréplica de las mañaneras y las acusaciones contra aquellos por el silencio guardado en el pasado.

Lo cierto es que se trata de la crisis más grande que haya tocado enfrentar a las últimas seis generaciones. Cierto, es una pandemia que no se circunscribe a lo mexicano, pero eso no justifica la inacción gubernamental, o la inacción insuficiente, manifiesta en el diagnóstico y las estimaciones. Erraron o mintieron en lo más doloroso. Las muertes. Eso, me parece, es incompetencia, y tal vez perjurio.

Lo sabemos por experiencia los que vamos enfermos al doctor. Un buen remedio dependen de un buen diagnóstico. No hay diagnóstico, por lo menos no confiable.

Esos mismos senadores, y esos mismos especialistas, muchos vinculados con Morena -pero que guardan silencio por no incomodar-, demandaron y demandan la aplicación de un programa de financiamiento universal por un periodo limitado para amortiguar los efectos económicos. No hubo ni hay respuesta.

Tampoco se ha movido un ápice la ruta seguida hasta ahora. Es un gobierno admirable por su obstinación. El presidente ha ido más lejos. De pronto anunció que la enfermedad había caído como anillo al dedo. Nadie entendió entonces. Pero ahora asoman los indicios.

Ya sabemos que la crisis sanitaria ha devenido en económica, arrastrando a millones de trabajadores al desempleo y otro tanto -12 millones estima la UNAM y Coneval- lanzados al desamparo de la pobreza, de no tener para comer a llenarse.

La caída del PIB, el indicador que mide el desarrollo, pronosticada por el Banco de México es de 9.82%. Las inversiones se alejan; el único medio seguro de detener el incremento de la pobreza. Las transferencias en efectivo de los programas en curso tienen un efecto circunstancial.

Son los niños y ancianos que todas las noches se meten a la cama con una sensación extraña en el estómago. La brecha de las desigualdades se abre inmisericorde. Además hay una crisis silenciosa que está matando igual o más que la sanitaria: la salud mental. De la que nadie dice nada, no hay políticas de atención.

A principios de abril (mañanera del 2) el presidente adelantó: “Ayer usé por primera vez el término crisis transitoria, esto no va a tardar y vamos a salir fortalecidos, y vamos a salir fortalecidos porque no nos van a hacer cambiar en nuestro propósito de acabar con la corrupción y que haya justicia en el país. Por eso vamos a salir fortalecidos, o sea, que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación”.

También dijo que “vamos bien, la prensa amarillista, nuestros adversarios que todavía no ayudan porque los domina el odio, quieren que digamos cuantos muertos, he estado viendo el mensaje de una periodista pidiendo que digamos cuántos muertos van a haber, esto me hace pensar y es posible decir que estamos también viviendo en temporada de zopilotes, ojalá que esa actitud cambie y que no nos importe lo que estén haciendo en otros países”.

Ahora sabemos, por lo revelado el pasado 6 del corriente, lo que puede ser la metáfora de que el mal cayó como anillo al dedo (de acuerdo con la observación acuciosa de la poeta y periodista Peniley Ramírez, El Universal, 8-1-21). Se crearan 10 mil brigadas de vacunación que se encargarán de aplicar el anticuerpo contra el Covid-19. Las brigadas estarán integradas por unos 120 mil funcionarios (uno por cada mil habitantes). Actuarán bajo la coordinación con los llamados Siervos de la Nación, los muchachos responsables de llevar las listas de beneficiarios de los programas de pago en efectivo. A nivel estado no serán los gobernadores, sino los superdelegados los responsable de la coordinación multiprograma. Los centros de atención serán los de la Secretaría de Bienestar (antes SEDESOL).

“El el sitio donde se atiende a los adultos mayores cuando se les entrega su pensión, o en la escuela o en la unidad médica rural, o en la plaza (…) está ahí la brigada, dos días se va a aprovechar para entregar la pensión que corresponde al bimestre y ahí se vacuna”.

Que nadie ponga en duda la Honorabilidad de lo que viene.