3 de 3 fue un movimiento ciudadano que tuvo como objetivo mejorar la calidad de la democracia en nuestro país, solicitando las declaraciones patrimoniales, de intereses y fiscales a funcionarios públicos y a candidatos de elección popular para “reconstruir la confianza ciudadana a través del compromiso y transformación de la clase política en nuestro país: funcionarios y políticos que antepongan los intereses de México a los suyos”.[1]

Hoy se habla nuevamente de 3 de 3, pero, no en el marco de un rediseño estructural en nuestra democracia, sino en una connotación meramente electoral, gran paradoja, ya que en las 3 entidades donde se renovarán las Gubernaturas viven un clima adverso en materia de confianza ciudadana debido a diversas problemáticas sociales, políticas y económicas. 

Por ello, es poco probable que alguna opción política gane 3 de 3 gubernaturas, ya que las estrategias de campaña de los partidos políticos no han consolidado el vínculo entre el tejido social, el ciudadano, el candidato, las propuestas y el discurso, esto ha perjudicado a los candidatos (as), a la calidad del debate y al contenido del mensaje de sobremanera, no logrando identificar las necesidades de una sociedad más compleja, informada y exigente.  En Coahuila, Estado de México y Nayarit ganarán los candidatos (as) que logren captar en la recta final de la campaña el voto ciudadano indeciso y consolidar alianzas de facto que en últimos días se ven probables, si se concretan, los vientos de cambio podrían soplar muy fuerte en el norte, centro y el bajío.   

En este sentido, los retos son mayúsculos para los candidatos (as) de todos los partidos políticos, ya que los vicios de corrupción en la gestión pública han reducido la confianza y la credibilidad del ciudadano hacia una opción política.

Esto merma la calidad de la democracia, la cual, debe integrarse por un Estado de Derecho sólido y eficiente; garantizar y reconocer derechos humanos; consolidar el funcionamiento de los mecanismos de control del poder político como la transparencia y la rendición de cuentas; y fortalecer e incentivar la participación ciudadana.   

Los partidos políticos y sus candidatos (as) que ganen las Gubernaturas deben rescatar los valores de honestidad, ética, responsabilidad y cultura de la legalidad que son necesarios para tener un desarrollo democrático de calidad.  

Si no lo hicieran, las elecciones del 4 de junio serán vistas por los ciudadanos como el triunfo del poder por el poder. Partiendo de esto, los partidos políticos deben realizar una reflexión consciente y consistente basada en un análisis retrospectivo y prospectivo donde los resultados lleven a construir una agenda de unidad nacional democrática e incluyente.

Los resultados a corto plazo deben renovar las estructuras políticas y el servicio público para construir consensos de gobernabilidad que den viabilidad a las políticas públicas sexenales y transexenales; la propuesta de Gobiernos de Coalición podría fortalecer la calidad de la democracia.

Esto coadyuvaría a reconducir la política de nuestro país, para que los ciudadanos no la vean como irrelevante.

[1] http://tresdetres.mx/#/