Por mucho que me he esforzado, yo no le encuentro la cuadratura al círculo en ese afán de dividirnos a los mexicanos.

¿Los mexicanos nada más somos chairos o somos fifís? ¿O la única diferencia es la hora en que vamos a misa..?

No puede ser que entre los 125 millones de mexicanos que somos, nada más existan dos clases.

Esa es la primera razón por la cual yo no comulgo con la llamada 4T, por polarizar al país, en dos supuestos bandos.

Tengo un familiar que repite muy seguido: “a los santos se les santifica y a las ratas se les ratifica…” Y esto último, lo de las ratificadas queda muy bien por tantos personajes que de malandros pasaron a ser ejemplos de corrupción, en años recientes, a ejemplos de una santurronería atroz en el actual régimen.

La ingenuidad facilona con la que se administra el gobierno es otra de mis razones. Acuérdese de las trazas de la delegación mexicana de visita en Washington, con el pantalón a medio reventar y el imberbe comiendo cacahuates de una servilletita.

La política antiecológica con que se va a administrar al país, primero privilegiando la inversión en una tecnología de combustibles, que va (por fortuna para la tierra) de salida en la mayor parte de los países.

Luego con las trabas a las inversiones en energías limpias, energías que por lo visto no entienden y no quieren entender.

En este punto se ve que los que mandan en nuestro México actual no saben que no saben de energías modernas.

El pésimo y vergonzoso episodio de Sinaloa, en que se rindieron ante las fueras de El Chapito, es otra de mis razones, la cual fue refrendada con la entrevista de López y la mamá de Guzmán Loera…

Ahora que el manejo de la crisis del coronavirus merece mención aparte. El gobierno federal no ha podido ser el timón de todos los estados, porque, comenzando con un presidente que aparentemente no cree en el peligro del Covid-19, y que se tardó semanas en actuar y ahora adelanta su regreso a su normalidad… ¿Qué se podría esperar?

Eso sí, sin poner la muestra y usar mascarilla, aunque al menos no lo vimos en su última gira besando niños.

Cierro esta sesión con muchas razones más que se quedan en el tintero y repitiendo una recurrida cita: “La mujer del César, además de serlo, debe parecerlo”.

Y como respuesta de a quién le voy, contesto: Estoy a favor de México.

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