El polémico y de nombre raro, pero excelente funcionario de la Delegación Miguel Hidalgo, Arne aus den Ruthen, el azote de todos los que en la Ciudad de México contarnos con choferes y guaruras, exhibió el mal comportamiento de los choferes y escoltas de un integrante del gabinete de Enrique Peña Nieto, el señor Francisco Guzmán, jefe de la Oficina de la Presidencia.
√ Aclaración:
Me ayuda un chofer, bastante bueno por cierto, pero no tengo guardaespaldas, en primer lugar porque no los necesito, y en segundo por temas de presupuesto.
√ El abuso en las calles de la capital
Prácticamente todos los que usamos automóvil en la capital mexicana abusamos, pero abusamos más los que contamos con la colaboración de un chofer. Y abusan mucho más los que, por su trabajo, posición económica o por simple arrogancia, además necesitan escoltas.
Nadie, en esas circunstancias, está libre de pecado. Ni el extraordinario Arne puede tirar la primera piedra. Seguro estoy de que él mismo ha violado el reglamento de tránsito alguna vez.
√ Arne y Xóchitl
De ahí que vale mucho la pena lo que Arne aus den Ruthen y su jefa, la delegada Xóchitl Gálvez, están haciendo: ponernos en orden, por la vía de exhibir nuestros abusos, a los que nos equivocamos involuntariamente o por prepotencia.
√ Ahora bien...
Algunos influyentes que tienen guaruras han reaccionado muy mal cuando Arne los ha puesto en evidencia: con agresividad, violentamente, arrogantes, casi como criminales.
Es el caso de Raúl Libién, quien en vez de admitir sus errores y los de sus guaruras, amenazó al funcionario de la Delegación Miguel Hidalgo, al que posteriormente golpearon los guardaespaldas.
√ No cuesta nada la humildad
Pero también hay personas, como el jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán, que saben admitir sus errores.
Guzmán, después de que Arne discutió con su gente de seguridad –el colaborador de EPN es de los mexicanos que sí justifican, por su trabajo, la compañía de escoltas–, en vez de molestarse, con toda humildad, admitió públicamente la falta cometida por su equipo y se comprometió a pagar la multa.
Así de fácil. Como debe ser.
√ Apoyemos a Arne
La cacería de guaruras y choferes que no respetan nada ni a nadie debe continuar. Arne aus den Ruthen merece el mayor reconocimiento. Su superiora jerárquica, Xóchitl Gálvez, también.
Ya son demasiados los ciudadanos que han sufrido abusos y han sido intimidado por tantos guaruras que se sienten los dueños de las calles de la Ciudad de México.
Gracias, Arne.