Próximos a la elección del 2018 con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza de las encuestas, y haciendo un recuento de mi participación en su movimiento desde el desafuero, viene a mi memoria aquel accidente carretero de hace casi 9 años, al regreso de una asamblea informativa en el Monumento de la Revolución por la defensa del petróleo convocada un 27 de octubre del 2008. Ocurrió más o menos a las 3 de la mañana sobre la carretera Querétaro–Celaya, en el regreso de la Ciudad de México a Guadalajara. Hurgando en mis recuerdos, encontré lo que escribí a mis compañeras y compañeros del movimiento después de ese suceso:
¡Nada nos detendrá!
Estimados camaradas: Ahora que ya puedo mover mi mano izquierda (al diablo con la derecha), no quiero dejar pasar más tiempo sin darles las GRACIAS por toda su solidaridad y llamadas de aliento que nos han dado a quienes nos accidentamos la pasada madrugada del lunes, después de haber asistido a la asamblea informativa en el Monumento de la Revolución con el Presidente Legítimo de México. Veníamos muy contentos de compartir con miles de mexicanos la defensa de nuestro petróleo y soberanía, cuando de repente como dice la canción: -Ya vamos llegando a Pénjamo -ya brillan allá sus cúpulas y.... ¡¡rájatelas!! que nos encontramos con semejante animalón de trailer parado sin luces ni señalamientos. A los compañeros que viajamos juntos ese día, les deseo de todo corazón que sus heridas se estén curando y sus dolencias sean cada vez menos. También les quiero agradecer por la paciencia y solidaridad que tuvieron con los demás compañeros lastimados, así como con los tres muchachos de la porra de las chivas que rescatamos del hospital en Pénjamo. Dicen por ahí, que de lo que más se aprende es de los golpes de la vida, y este lamentable accidente nos dejó un gran aprendizaje que tomaremos en cuenta para las próximas convocatorias de AMLO. Aaaahhhh!! porque si créen que esto nos va a detener, pues están muy equivocados, si la lluvia y el viento, no detienen el movimiento, cuantimenos los trancazos, vengan de donde vengan.
Además, la llamada telefónica personal de Andrés Manuel López Obrador nos ayudó a sanar nuestros golpes y heridas, ¿a poco no? Ahora solo nos queda esperar que don Cecilio, nuestro querido conductor de muchos viajes al D.F., se reestablezca lo más pronto posible. Gracias también a los dueños del autobús que nos asistieron oportuna y eficazmente. A la maestra Agustina Medrano, que resultó ser la más lastimada, le mando un abrazo muy grande y mi más profundo respeto y admiración por la fortaleza y la entereza con la que enfrentó sus lesiones. Espero que se recupere muy pronto porque tenemos una cita el próximo 23 de noviembre con nuestro dirigente. Una vez más GRACIAS compañeros por todo su apoyo, no doy nombres porque sería muy penoso omitir alguno, pero a todos en general les digo !es un honor luchar con Obrador y con todos ustedes también!. Saludos afectuosos. Sonia Gutiérrez P.D. Les mando unas fotos de lo acontecido el domingo 26 de octubre.
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Aunque se haya tratado de un accidente donde sí hubo heridos, después de la llamada de AMLO se renovó el espíritu de lucha de todos los que viajaban en el autobús, y hasta la fecha siguen siendo grandes activistas de lo que representa el proyecto alternativo de nación.
Y hoy como en aquellos días… ¡¡Nada nos detendrá!!