La herencia de Andrés Manuel López Obrador está en juego en la próxima encuesta de Morena.

Tantos años de lucha, esfuerzo y perseverancia del pueblo, que el 1 de julio de 2018 logró la histórica victoria de un movimiento liderado por AMLO, está a punto de corromperse si el partido queda en manos de oportunistas ambiciosos, con mucho dinero, escasa transparencia y dudosa convicción de izquierda.

Sería gravísimo para México que la epopeya democrática del pueblo de México sea secuestrada por un grupo de hábiles pero siniestros personajes, siniestros en el sentido que se aplica a los perversos, no en la acepción de quienes se identifican con la izquierda.

Son lobos con piel de cordero, decididos a cooptar al partido con costosas campañas mediáticas, financiadas con recursos cuyo origen se esconde, para apropiarse de los votos y los espacios en las redes sociales, los medios de comunicación y los llamados call centers.

El objetivo inmediato de los siniestros es ganar ahora, a base de mucho dinero, la presidencia de Morena, para ganar mañana el Palacio Nacional.

Siguiendo técnicas de propaganda del nazi Joseph Goebbels, tratan de aprovecharse de la herencia política y moral de López Obrador, como un cínico instrumento para promover su llegada al poder presidencial.

A través de encuestas pagadas, ahora crean la percepción de victoria en la opinión pública para luego inducir a que la masa desinformada sea arrastrada a expresar su preferencia al espejismo del inevitable triunfo del puntero. Ganar antes de empezar a jugar.

Para financiar encuestas y columnas, los siniestros cuentan con mucho, mucho dinero de algunos empresarios con grandes fortunas que apuestan para que sea el próximo presidente un moderado que les permita volver a la probada práctica de sobornar para hacer negocios con el gobierno.

Los siniestros van a tratar de utilizar el impulso del capital político de López Obrador para traicionarlo en los hechos, no en los dichos, si es que toman la Presidencia de la República.

Si los siniestros logran gobernar a México como lo que son, políticos con fachada de izquierda, que tratan de ocultar bajo la manga su riqueza, volveremos a la vieja práctica de la corrupción del PRI y a la hipocresía del PAN.

Hoy el destino de México está en manos de los militantes y simpatizantes de Morena.

En este momento crucial del país la mejor opción es apoyar a Porfirio Muñoz Ledo como presidente del Movimiento de Regeneración Nacional.

Con Porfirio se preserva el rumbo y la continuidad de los programas sociales, se asegura el rompimiento de los vínculos de corrupción entre políticos y empresarios y se fortalece la herencia del legado moral e histórico de López Obrador.

Los morenistas conscientes, bien informados y honestos tienen la responsabilidad de hacerles ver a sus compañeros y simpatizantes de partido que no se equivoquen, que no se dejen engañar y que apoyen a Muñoz Ledo en una encuesta limpia y sin interferencias.

Es la hora del compromiso por asegurar un México justo y democrático, una presidencia honesta y capaz.

Una equivocación hoy de los morenistas la vamos a lamentar muchos sexenios los mexicanos. No se equivoquen, expresen ahora su respaldo a Porfirio en el próximo sondeo final.

Muñoz Ledo o la traición

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(Artículo originalmente publicado en Milenio. Se reproduce con autorización del autor)