Me quedé impactado cuando me enteré de viva voz de Celia Lora -la hija del cantautor mexicano que definió al Destino como “piedras que ruedan”- lo que le sucedió cuando la Justicia mexicana quiso hacer justicia con ella, mientras lo narró en la entrevista que le realizó el conductor Yordi Rosado sobre el accidente automovilístico que tuvo en mayo del 2010, en el que falleció una persona, y que ya más de un millón y medio de internautas han reproducido desde que se difundió el 13 de diciembre pasado.
Explicó en esa entrevista Celia, que desde el momento del accidente, comenzaron las irregularidades: declararon mayor nivel de alcohol en sangre del que podía tener, pero de lo que más me llamó la atención, fue que la persona que atropelló Celia no murió en el lugar del accidente. Cuenta ella que lo vio de pie, y que lo llevaron en ambulancia, se supo, al hospital Xoco, donde, desafortunadamente, murió horas después del siniestro, por lo que, circunstancialmente, Celia no fue la responsable directa, pudo haber fallecido por el propio manejo médico que recibió, o incluso, por un error médico (mala praxis) tal como también pudo hacer ocurrido con George Floyd en los Estados Unidos; por consiguiente, Celia no debió hacer sido nunca acusada de homicidio en ninguna de sus formas.
Otras circunstancias que narró Celia en dicha entrevista, bastante cuestionables también, fueron el hecho de que el abogado que se supone que debió haberla defendido, por juramento, primo de su padre Alex, no lo hizo tal cual, al contrario, durante el proceso los que la acusaban pidieron aún más compensación económica por el daño, que repito, Celia no causó directamente en el momento del accidente automovilístico, comentó que hasta su madre iba a vender su casa para tal efecto, y el hecho que después se aclaró, que la esposa reclamante de la persona fallecida, no era su esposa, situación que se esclareció después de que otra abogada retomara el caso de Celia, y quien sí ejerció la abogacía juramentada como se debe.
Me surgieron varias preguntas ese día que vi la entrevista, pero las más significativas fueron: ¿En manos de quién estaba la Justicia en México?... ¿en manos de los mismos que habían condenado a prisión a Miguel Sacal cuando toda la barra de abogados de todo México sabían que las lesiones que causó tampoco amerizaban ese acto punitivo?
¿Qué hicieron las autoridades jurídicas de más alto nivel, incluyendo a la SCJN, para evitar que el juicio de Celia no fuera tan irregular?, ¿qué hizo la CNDH?, ¿qué hubiera hecho la CIDH si hubiera participado?, ¿qué hubiera opinado el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya o la ONU, por estas irregularidades jurídicas que parecían hasta irracionalidades y que finalmente confinaron a Celia por 4 meses?
La historia siempre se escribe, aún cuando no se cuenta, pero en ésta ocasión, Celia sí la contó, y nadie puede borrar del archivo histórico universal nada de lo que sucede, después de que sucede, nadie.