Dentro de las turbulencias provocadas en México por el fanatismo, el nacionalismo, la xenofobia y el machismo del nuevo Presidente de Estados Unidos, han surgido buenas noticias.

En primer lugar, podemos mencionar el inédito y sorpresivo apoyo de todos los Partidos Políticos al Presidente Peña Nieto, miembros de los tres poderes, periodistas, empresarios, expresidentes y la gran mayoría de los ciudadanos que se expresan a través de las redes sociales.

En segundo lugar, el sorpresivo apoyo de la prensa internacional que parece convocar a una alianza, similar a la que se formó para combatir a Hitler en la Segunda Guerra Mundial.

Y, para muestra…

The Washington Post le recordó a Trump que México es el segundo mayor mercado para los productos fabricados en Estados Unidos y denunció que Trump estaba iniciando una guerra comercial que nadie necesitaba, calificando al muro como un acto caro e innecesario.

El importante medio justificó la decisión del Presidente mexicano de no viajar a Washington por la insistencia de Trump, de hacer pagar a México por la construcción del muro.

Y, por si fuera poco, recordó que a Estados Unidos le había tomado casi 10 años recuperarse de la última recesión y que una guerra comercial con México pondría en peligro la recuperación de la riqueza que tanto pregona el nuevo Presidente.

Pero, no fue el único, el Boston Globe aplaudió que México defendiera su soberanía nacional y que el Presidente Peña Nieto le estaba haciendo un favor al mundo, al señalar que Trump no podía imponer sus fanfarronerías a la fuerza.

El New York Times señaló la “ignorancia” de Trump como Presidente y su “peligrosa política” de pretender imponer tasas a las importaciones de México, que podrían traer consecuencias desastrosas para los trabajadores de ambos países. 

Pero, la nota que se llevó las 8 columnas, fue la de El País, el periódico más influyente y vendido en España. De acuerdo a su editorial, la cancelación de la cita programada para el 31 de enero por parte del Presidente Peña Nieto, es la respuesta lógica, ante la agresividad que Donald Trump ha manifestado contra México y los mexicanos, a los que acusó en repetidas ocasiones durante su campaña, de ser ladrones y criminales.

De acuerdo a El País, el Presidente Trump ha iniciado a menos de una semana, una agenda racista y xenófoba, eligiendo a México como su primera víctima. Sus acciones constituyen una agresión en toda regla. 

La construcción de un muro que además pretende que paguen los mexicanos; la instauración de aranceles a sus exportaciones; las presiones a las empresas estadounidenses para que retiren sus inversiones de México y las amenazas de deportaciones de ciudadanos mexicanos que viven en Estados Unidos, terminan de un tajo con la buena voluntad y la actividad comercial entre ambos países.

Pero, afortunadamente, los mexicanos no están solos ante estas amenazas fascistas.

Los alcaldes de las ciudades más importantes de los Estados Unidos se han negado a colaborar en la deportación anunciada por Trump, aunque esto les cueste ser privados de fondos federales.

Y termina el influyente diario español, invitando a Europa y a la Comunidad Iberoamericana de Naciones a unirse a la defensa de México y demostrarle su solidaridad.

Abundan las opiniones que comparan a Trump con Hitler.

Muchos medios coincidieron en la década de los 20, que el racismo y antisemitismo de Hitler era un argumento de campaña, que se moderaría cuando llegara al poder.

Pero, todos sabemos en qué terminó.

¿Les suena conocido?

Ante la unión de los mexicanos y la comunidad internacional a favor de México, es oportuno recordarle a Donald Trump que los países del mundo aliados, terminaron con los sueños fanáticos de Hitler.

Está a tiempo Trump de bajarle dos rayitas a su racismo, antes de que provoque otro gran conflicto.

¿No lo cree?