En esto, descubrieron 30 o 40 molinos de viento... y, así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:<br>–La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren 30, o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas... ésta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.<br>–¿Qué gigantes? –dijo Sancho Panza.<br>–Aquellos que allí ves –respondió su amo– de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.<br>–Mire vuestra merced –respondió Sancho– que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.<br>–Bien parece –respondió don Quijote– que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.<br>Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba... diciendo en voces altas:<br>–Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete.<br>
Miguel de Cervantes
'Luchar contra molinos de viento'. Expresión de origen literario con el significado de 'pelear contra enemigos imaginarios'. Está tomada del capítulo VIII de la Primera Parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.<br>
Wikipedia
El sábado, López Obrador arremetió contra los molinos de viento de la Rumorosa. No es la primera vez que lo hace; me refiero a eso de pelear contra enemigos imaginarios de todo tipo. Ni es la primera vez, en decenas de recorridos por esa región, que se lanza contra los molinos de viento que producen energía eléctrica sin contaminar. Los trae en salsa, pues.
Dice que no le gusta cómo afean el paisaje de esa desértica región; aunque, si se observa bien el video del ejecutivo en sus redes sociales, los ventiladores quedaban bastante lejos para que arremetiera de esa forma contra ellos. En fin.
En todo caso, hablando de estética del paisaje, igual se debería ir en contra de Dos Bocas, el Tren Maya, las torres extractoras de petróleo o las hormigas petroleras. Adefecios todos.
En general, la infraestructura afea el paisaje, mas esta no se construye ni se tiene por su estética. Su razón de ser es proveer diversos tipos de energía o de transporte al país. ¡Qué lástima que precisamente azuce el odio contra los que son generadores de energía limpia! Sobre todo tratándose de una franja de tierra desértica, que yerma para ser cultivada, la cual, gracias a los generadores de energía eólica, se ha vuelto productiva...
El problema (uno de ellos) de López Obrador es seguir construyendo enemigos imaginarios, culpando a otros y buscando pretextos en lugar de trabajar para encontrar soluciones a las dificultades nacionales. Así, si le piden que cuide su salud e integridad física (opositores y seguidores por igual), AMLO responde: “no me voy aislar, no habría conducción… que haya un vacío para que se apoderen los conservadores de la conducción política del país de manera irresponsable… eso no.” No entiende de tecnologías está claro, pues no sabe que hoy en día estar encerrado no es sinónimo de estar aislado. Con los mecanismos de comunicación que existen, puede estar cuidándose/cuidándonos a todos en semi cuarentena (se entiende que tiene que salir) pero sin desconectarse un solo momento.
Su frase retrata también otro error: un país que debe ser gobernado por su ejecutivo y no descansar en instituciones que funcionen. Nadie le ha dicho que el Estado NO es un solo hombre, aunque Luis XIV, el Rey Sol, así lo pensara cuando dijo: “El Estado soy yo” (L’état c’est moi). Suponer que, por su encierro, sus opositores ocuparán su lugar es menospreciar a su amplio equipo y darle mucha fuerza a la inexistente oposición.
Para llevar la trama al absurdo, acto seguido de vociferar contra la oposición que según él quiere se quede aislado en Palacio Nacional, sale de gira y saluda a la mamá del Chapo Guzmán. Es cierto, la señora no tiene la culpa de que su hijo sea un criminal, pero tampoco la tienen todas las viudas de los soldados que han muerto en esta guerra y sin embargo para ellas no habido ninguna deferencia ni condolencia. Lo mismo va para todas las víctimas indirectas y directas del narco. Para todas ellas (que somos todos) tendría que tener tiempo para atenderles. No se “dibujaron” en el paisaje los mismos molinos de viento cuando decidió no recibir a Javier Sicilia, aduciendo quería cuidar la investidura presidencial...
Y si en estas andamos, cabe una pregunta: igual que cuando pide a las madres que hablen con sus hijos para que ya no delincan, ¿en este caso ya se lo propuso a la mamá del Chapo?
Pero el mandatario no es el único que juega este juego. Triste caso el de Irma Eréndira Sandoval haciendo del COVID otra lucha de molinos solo para citar una frase del artículo de su esposo John Ackerman: “La histeria actual se traduce en un miedo a la igualdad. Las élites del mundo enfrentan la dura realidad de que sus muros, rejas, ejércitos, guardaespaldas, escuelas y malls no han podido establecer una separación confiable entre ellos y los otros”. ¡Por favor, pamplinas! Doblemente triste porque mientras el resto del mundo procura trabajar en conjunto, olvidando divisiones ideológicas, una secretaria de Estado en nuestro país insiste en encontrar diferencias, mientras supura sin limites rencor y resentimiento social.
¡Qué diferencia con Alemania! Aun teniendo serios problemas, mandó su avión MedEvac a Italia para llevar enfermos italianos al país teutón para curarles. Además, habría que hacerle ver a la secretaria Sandoval que son las “élites“, como ella las llama, las primeras que se han volcado en apoyar a los más necesitados. Así, firmas de gran lujo se han puesto a producir cubre bocas, batas especiales y gel antibacterial para dar de forma gratuita a los médicos y al público en general.
¡Basta de seguir dividiendo!, ¡basta de crear luchas contra molinos de viento! ¡López Obrador no es ningún hidalgo y Beatriz Gutiérrez Müller ninguna Dulcinea! O al menos no debieran serlo...
Hoy más que nunca se requiere un país unido, con un estratega al mando que esté buscando, de forma científica y fundada, soluciones a una pandemia en términos de salud y una crisis sin parangón en términos económicos. No es momento que el presidente esté perdiendo su tiempo hablando de jardinería y camellones con flores. No mientras estamos atravesando uno de los episodios más peliagudos de la última centuria.
La fortaleza se construye con hechos, no solo con palabras pidiendo unión (más si, acto seguido, vilipendia a quienes piensan diferente). Eso no es ser quijotesco (propio de un loco, perdedor y fanfarrón), sino una persona que no ve otra salida para defender a su Cuarta Transformación que erosionar la moral, la confianza y la certidumbre de los mexicanos.