Conozco a mi amigo Armando Casas en 1998 y desde hace 11 años vive en Corea del Sur. Es uno de los tres directores mundiales -el único no coreano- de ingeniería para el desarrollo de nuevos productos del líder mundial en electrodomésticos y supe de él hace cosa de un mes, cuando publiqué la tracalada que los de FAMSA le hicieron a Emilio Andrés Castillo Ruiz, un chavo de 18 años que invirtió durante seis meses su sueldo y propinas que gana como mesero en Jack & Ray para comprar en abonos un carrito de los que venden los de esa mueblería.

Nada más para cerrar el tema, los de FAMSA querían quedarse con la mitad de lo que Emilio les había pagado, aludiendo las temibles, terribles y tramposas “letras chiquitas” de sus contratos leoninos.

A pesar de que tras demandarlos en Profeco acordaron regresarle todo su dinero, los muy sinvergüenzas le depositaron ayer nada más $18,000 pesos, aludiendo que le están reteniendo los cargos por penalización, a pesar de que las huestes locales del Procurador de Defensa del Consumidor, Ricardo Sheffield Padilla, ordenaron que le regresaran a Emilio todo su dinero.

Incluso si le llegan a devolver toda su lana, los de FAMSA no le pagarán intereses ni resarcirán el daño que le causaron al chavo durante los varios meses que lo tuvieron ilusionado con que saldría ganador en el concurso y que le entregarían su carrito.

Al fin y al cabo, la casa y los agiotistas siempre ganan.

Mi amigo Armando el “sudcoreano” está buscando convencer a sus “pares” del área de comercialización en América Latina de la marca para la que trabaja en Seúl, a fin de que presionen a sus distribuidores -y FAMSA es uno de ellos- para evitar casos como el de Emilio y sean erradicadas esas prácticas “comerciales” de sus “socios”.

En eso está y prometió tenerme al tanto de lo que ocurra alrededor de este penoso asunto. Emilio también me informará hasta dónde llegan los de Autos FAMSA con su asunto.

Ahora, sí, les platico la analogía que el buen Armando hizo sobre lo que ocurre en su país vecino, Corea del Norte y en México:

En el 2015, ese beligerante país comunista creó su propia zona horaria totalmente individual y al margen de cualquier otro. Allá le llaman “Tiempo Pyongyang”, en honor a su capital y está 30 minutos atrás de la hora de Corea del Sur y Japón.

Esta ocurrencia fue implementada para celebrar en ese 2015, el 70 aniversario de la liberación de las dos Coreas del dominio japonés.

Armando es un analista compulsivo de lo que ocurre en México y utiliza las más avanzadas tecnologías del mundo -que casualmente son sudcoreanas- para escudriñar lo que se conoce como “estadística de permutaciones y combinaciones” aplicada a los desempeños comerciales y que con una pequeña variación puede arrojar resultados sorprendentes en temas políticos y sociales.

Una de las aplicaciones de mi BigData utiliza la tecnología desarrollada por Armando y sus equipos y de eso me valgo para documentar estadísticamente buena parte de mis artículos.

Que Corea del Norte sea el único país del mundo con su propio huso horario, nos da una idea del nivel de cosas que suceden en ese lugar, todas basadas en lo que allá se llama “oligarquía del poder gubernamental”.

Armando creó un grupo de estudio entre sus colegas coreanos y de otros países para analizar lo que está ocurriendo en México con el gobierno de López Obrador.

Son científicos en su mayoría -eso es cierto- pero sus disciplinas no están reñidas con la parte política porque, como él se pregunta ¿qué no es política en el mundo? Aún las transacciones comerciales dependen de la política para concretarse. Armando dice que todo en el mundo es política, entonces, aquí está la primera de sus analogías: A México le falta muy poquito para que cuando López Obrador pregunte la hora a cualquiera de sus subordinados, le respondan: “La que usted diga, señor presidente”.

Armando y su jefe inmediato fueron invitados por el politburó de Corea del Norte a la ceremonia protocolaria con que el presidente de la asamblea popular suprema de ese país, Choe Ryong Hae, recibió a Diosdado Cabello, presidente de la asamblea nacional constituyente de Venezuela.

Dos de los principales acuerdos derivados de ese encuentro tienen qué ver con los ámbitos de tecnología de redes de información y la literatura.

A Armando le tocó escuchar en el español barrido venezolano de Diosdado, cuando éste le dijo a su contraparte norcoreano, que Venezuela está listo para recibir a las misiones de científicos electrónicos de Pionyang en Caracas para sentar las bases de “este importante acuerdo comercial”.

El problema -dice mi fuente asiática- que el 70% de las operaciones electrónicas relacionadas con medios informáticos de Corea del Norte, dependen de Corea del Sur.

Entonces ¿qué acuerdo de transferencia científica es esa?

Y el otro punto del acuerdo entre los dos países para efectos de medios relativos a la literatura, tiene que ver con el apoyo que Venezuela recibirá en los próximos días del Fondo de Cultura Económica de México, dirigido por Paco Ignacio Taibo II. Al menos así lo anunció Diosdado y esto quizá tenga que ver con el anuncio de que Taibo II irá o ya fue a Venezuela para los mismos efectos.

 

“Triste panorama para México con estas referencias. México apoyando a un país que se volvió peor que tercermundista merced a Chávez y Maduro y un país altamente avanzado en fuerza nuclear pero dependiente a su vez de la tecnología de sus odiados vecinos del sur. Estoy hablando de las dos Coreas, por supuesto”, dice la irreverente de mi Gaby.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.