Sin duda son muy serias las acusaciones ciudadanas y de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda contra los candidatos líderes al gobierno de Nuevo León, Samuel García, de Movimiento Ciudadano, y Adrián de la Garza, del PRI.
Se aplaude que tales acusaciones las investiguen la Fiscalía General de la República y la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales. Si Samuel y Adrián son culpables, que se les castigue con todo el peso de la ley. De ninguna manera está entre mis intenciones defenderlos: probablemente cometieron delitos graves —compra de votos y lavado de dinero—, entonces deberán ser juzgados y, en caso de ser culpables, sancionados como lo marcan los códigos penales y las normas electorales, empezando con la pérdida de sus candidaturas.
Me parece que el presidente Andrés Manuel López Obrador actúa como un ciudadano responsable y como un gobernante decidido a aplicar la ley al señalar, en sus conferencias de prensa mañaneras, las presuntas malas conductas los candidatos nuevoleoneses de Movimiento Ciudadano y del PRI.
Lo que no entiendo, y me gustaría que Andrés Manuel lo explicara, es por qué actúa de una manera tan distinta cuando se le recuerda en las mañaneras que un distinguido militante de Morena, Félix Salgado Macedonio, también enfrenta graves acusaciones de varias mujeres: violaciones y acoso sexual.
A Salgado Macedonio el presidente López Obrador no ha exigido castigarlo por tan serios delitos, sino que ha pedido a las autoridades electorales, a las distintas fiscalías y al poder judicial dejar que sean los y las votantes quienes decidan si el apodado Toro es culpable o no.
De hecho, cuando, por otras faltas se castigó al Toro Salgado Macedonio—tal vez menores, pero sancionables de acuerdo a la ley con la pérdida de la candidatura—, Andrés Manuel se molestó bastante.
En Nuevo León veo a la mayoría decepcionada por la probable eliminación de dos candidatos, y no porque se considere que sean inocentes Samuel García y Adrián de la Garza, sino porque en la mañanera el querido y respetado presidente AMLO les ha dado un trato muy distinto a ellos y a Félix Salgado Macedonio.
Los y las votantes de Nuevo León se preguntan si Samuel y Adrián estarían siendo descalificados si militaran en Morena. Se preguntan también si no es acaso la violación un delito tan grave como el fraude electoral y el lavado de dinero.
Ojalá Andrés Manuel aclare las cosas a los ciudadanos y a las ciudadanas que se preparan para dar en la próxima jornada electoral un voto de castigo, pero no necesariamente contra el PRI y Movimiento Ciudadano, sino contra Morena. Es decir, tanto si priistas como emecistas mantienen o cambian a sus candidatos, creo que en Nuevo León tales partidos arrasarán en las urnas el próximo 6 de junio.
En ello, en el voto de castigo contra Morena, podría estar la prueba de la imparcialidad del presidente López Obrador, quien con sus acusaciones fuertes contra Samuel y Adrián, combinadas con su defensa del Toro Salgado macedonio, a la que más perjudica, electoralmente hablando, es a Clara Luz Flores, la morenista trabajadora y honesta que merecería otra suerte.