Es algo que tiene todos los visos de haber sido planeado con mucha
anticipación, con muchos recursos y con mucho poder.
María del Carmen Aristegui Flores (1964 - ) Periodista.
Con el inicio de la alternancia en el poder político en México, uno de los primeros efectos que éste tuvo fue la apertura de los medios de comunicación a la crítica, al cuestionamiento y la libertad de escribir lo que se piensa del desempeño del gobernante, en particular, del Presidente de la República. En mi particular opinión, la apertura a la crítica ?derecho inalienable para toda sociedad- en México, no debió llegar sola sino acompañada del profesionalismo y de un sentido estricto de la responsabilidad de comunicar e informar con criterios objetivos y serios.
Es evidente que esta libertad dio paso al libertinaje comunicativo que no sólo contaminó el proceso sino que lo ha inundado de información tergiversada, misma que ha sido usada ?mayormente a nivel local- para elevar o mermar la imagen del servidor público. Lo sucedido hace unos días a una de las periodistas más controvertidas de los medios en el país nos llena más de preguntas que respuestas: ¿Quién o qué está detrás de la salida de Carmen Aristegui de MVS Radio? ¿Los Pinos estuvieron involucrados? ¿Fue un exceso de soberbia de parte de Aristegui? ¿Los propietarios de MVS recibieron presiones del gobierno o negociaron su salida tras el escándalo de la Casa Blanca?
Se pueden seguir planteando preguntas y más preguntas en torno a la salida de Carmen Aristegui de MVS pero por ahora es necesario dilucidar sobre el escenario y más aún, reflexionar sobre las distintas posiciones que han asumido varios columnistas en los medios de comunicación.
Para entender el contexto es necesario remontarse al tema de la Casa Blanca. Cuando la noticia se dio a conocer en los medios, no fue a través de MVS sino del portal electrónico Aristegui Noticias y del semanario Proceso. De hecho, en MVS apenas y se hizo alusión al tema pero éste nunca fue la nota de ocho columnas. Lo anterior hace pensar entonces que la empresa no quería abrir un frente directo contra el Presidente. Ello sería incongruente con la reciente afirmación hecha por la empresa al recalcar su independencia editorial, ya que los ingresos que obtienen por convenios con el gobierno federal apenas y llegan al 6% del total de sus ganancias.
De hecho, uno de los cabilderos del gobierno que presionaron para que la investigación no se publicara fue Eduardo Sánchez Hernández, quien en ese entonces fungía como el vocero del gobierno pero en su pasado laboral también se desempeñó como Vicepresidente de Asuntos Jurídicos nada menos que de MVS.
Sin embargo, la nota se publicó y ello no solo atrajo más la atención hacia la periodista sino que generó un fuerte golpe al gobierno, al grado de cancelar el proyecto del tren rápido y de obligar a la esposa del Presidente a hacer una declaración en respuesta a la investigación que sin duda la involucraba. Aunado a ello, el efecto de la noticia generó una caída de más de 10 puntos porcentuales en las preferencias electorales del proceso intermedio ?que es el más importante para el gobierno- y una baja considerable en la calificación hacia el Presidente.
Luego vino Mexicoleaks y el anuncio del equipo de Aristegui de sumarse a la iniciativa ciudadana para denunciar ?con documentos y pruebas- actos de corrupción del gobierno de manera anónima. Ello marcó su salida de la empresa. Primero con el despido de los dos periodistas que habían anunciado la noticia ?y que casualmente fueron los dos que también dieron a conocer la nota de la Casa Blanca- y luego, tras no llegar a un acuerdo, la de Aristegui. En un anuncio ofrecido a la prense, representantes de MVS anunciaron que quien verdaderamente había hecho la investigación de la Casa Blanca, aún seguía colaborando para la empresa, es decir, Rafael Cabrera.
En su cuenta de red social twitter, Cabrera desmintió la afirmación dada por la empresa y señaló que el 16 de marzo fue notificado para firmar su liquidación por el personal de Recursos Humanos de MVS. De hecho, otro periodista, Sebastián Barragán, también fue despedido sin tener participación en el anuncio a favor de Mexicoleaks. Cabrera, por su parte, fijó su postura al respecto.
En el otro extremo del conflicto, los críticos han afirmado que ella abusó de las atribuciones que tenía en la empresa al utilizar el logo y los recursos ?humanos, tecnológicos y materiales- para apoyar la iniciativa de Mexicoleaks sin el consentimiento de los propietarios. Pecó de soberbia, afirman sus detractores, pero, ¿los dueños no sabían en qué o sobré cuál tema estaba trabajando Aristegui y su equipo? ¿Nunca supieron o sospecharon sobre la iniciativa? Me resulta difícil pensar que no.
El asunto se vuelve confuso cuando se afirma que en diciembre de 2014, MVS no sólo renovó el contrato de Aristegui sino que en febrero de 2015 le aumentaron el salario, percibiendo aproximadamente 1.2 millones de pesos mensuales así como un incremento a los integrantes de su equipo. Especulaciones que han hecho algunos columnistas como Pablo Hiriart en El Financiero. Lo señalo así hasta que se llegue a conocer las condiciones del contrato firmado entre la empresa y la conductora.
Otra duda que salta a mi mente es ¿por qué Aristegui no hizo la misma declaración de anexarse a Mexicoleaks en el programa que tiene en CNN? Mi primera hipótesis es que valoró en dónde se tiene más audiencia y ciertamente es en MVS donde ha concentrado la mayor cantidad de seguidores. Una prueba de lo anterior fue que en dos días, del 17 al 19 de marzo, MVS perdió 35 mil seguidores en la red social twitter (@NoticiasMVS), pasando de 870 mil a 835 mil. Y las pérdidas siguen pues en una revisión hecha el 22 de marzo, MVS ha bajado a 834 mil seguidores.
Aunado a lo anterior, el hashtag #EnDefensaDeAristegui logró posicionarse como trendingtopic y convertirse en una de las discusiones más comentadas por los usuarios. Su efecto mediático se dejó ver cuando cientos de miles de usuarios condenaban el despido de la conductora por la empresa.
Y ahora, la pregunta de rigor: ¿Hubo participación del gobierno federal en el despido de Aristegui? Yo creo que sí. Mi hipótesis central del asunto es que el momento fue inmejorable para actuar. Soy escéptico de creer que los dueños de la empresa no supieran lo que hacía Aristegui luego del affaire Casa Blanca y simplemente esperaron hasta dónde llegaría. La conductora, pienso, cometió el error de anunciar su inclusión a Mexicoleaks sin pensar en las repercusiones. ¿Que si pecó de soberbia? No lo sé, pero lo que puedo señalar es que la empresa le abrió demasiado el abanico a la conductora a sabiendas que podrían enfrentarse al gobierno y, Aristegui, contando con esa libertad total, actuó en consecuencia. Mi conclusión es que tanto MVS como Aristegui llevan en el pecado su penitencia.
Por otro lado, no creo que el gobierno se haya quedado cruzado de brazos cuando una noticia publicada por Aristegui le haya costado en imagen al Presidente y en preferencias a su partido político. Algo tenía que hacerse al respecto pues perder 10 puntos en menos de cuatro meses y en pleno proceso electoral era algo comparado a una catástrofe, y ésta, era una de ellas.
Aristegui ha afirmado que MVS le censuró el tema Casa Blanca y ello la obligó a usar otros medios para hacerlo público. La gran pregunta, pues, que nos queda a todos es: ¿Quién dice la verdad y quién miente? No hay duda que la salida de Aristegui está vinculada a cuestiones que van más allá de lo estrictamente laboral. No es casual que varios articulistas hayan salido con una misma postura: su soberbia la llevó más allá de los límites y nada tiene que ver con la libertad de expresión. Sin embargo, en la lucha por saber quién dice la verdad, Aristegui lleva ventaja. Su reputación por hablar y discutir temas que quienes hoy la cuestionan, no se atreven a firmar; su valor por enfrentarse al poder per se; su imagen que ha construido a lo largo de estos años y el desmentido hecho por Rafael Cabrera sobre su supuesta permanencia en MVS, pesan más que la voz de toda una empresa. Sólo el tiempo permitirá saber quién se equivocó al final: si aquella que prefirió pedir perdón antes que pedir permiso, o aquellos que cedieron, o negociaron con el poder.
El tintero.
El golpe mediático de la Casa Blanca tuvo sus repercusiones. A pesar que la imagen del Presidente de la República subió 3 puntos porcentuales, éste es inferior al margen obtenido por los expresidentes Calderón y Fox, según GEA-ISA. El Presidente Peña Nieto obtuvo 44% de aprobación en el primer trimestre del año actual, dos puntos menos que la que obtuvo Fox y 10 menos que Calderón. Sólo 3 de cada 10 mexicanos opinó que la labor del mandatario mexicano es mejor que la de sus dos antecesores. Ello, sin duda, ha sido factor para que el PRI descienda en las preferencias electorales del próximo 7 de junio.