Libros de ayer y hoy
El aguacate mexicano se impone en el mundo, mientras los problemas ilegales por su control, se acentúan. No consta que el gran estagirita Aristóteles conociera al Ahuacátl, comúnmente llamado aguacate, porque éste es originario de México y de aquí se extendió a todo Mesoamérica. Pero lo he mencionado en el título porque otra planta como el nopal que también se considera originaria de nuestro país, yo la vi con mis propios ojos en las laderas del Acrópolis en Atenas, cubierta la planta de nopal con sus floraciones mecidas por el viento. ¿Habrá andado el aguacate también por ahí en la vieja Atenas? Aristóteles además fue autor de dos libros de botánica que se perdieron y que según las referencias se conocen por la mención que hacen de ellos sus discípulos. Los que si se metieron de lleno al cultivo del nopal fueron los chinos y buscaron asesoría en México. Pero mi intención no es hablar del nopal sino del aguacate, fruta que en algunos lugares se llama palta porque así llaman al árbol que lo produce en esos lugares: palto. En el libro Mil plantas medicinales de Álvaro Luna, (Editores Mexicanos Unidos, 1985) aunque es una edición nacional, no aparece el árbol prehispánico Ahuacátl, sino el palto, muy escondidito y con descripciones más bien herbóreas tirando al anonimato. Compara el autor al aguacate, con el sabor de la avellana y se refiere a él como un fruto que se come crudo y sus hojas tienen propiedades reconstituyentes. Quizá ese autor ignoraba que ahora el aguacate es una de las frutas más demandadas en el mundo y México es su principal productor.
COMO LA FLOR DE NOCHEBUENA, EL AHUACÁTL, FUE ROBADO POR UN RUIN
El el ex embajador de México y después carne de presidio, Joel Robert Poinsett, se llevó a Estados Unidos la flor roja mexicana llamada Cuetlaxóchitl y la registró con su nombre. Igual hizo un sujeto llamado Rudolf Hass con el aguacate, que registró con su nombre en 1926 y fue lanzado al mercado como propio de esa nación en 1960. Pese a ello el nombre original de la fruta se sostiene en el mundo, aunque es el aguacate Hass el que es más demandado, casi en 75 por ciento. Hay otras 8 variedades que se cultivan en el país, como El Fuerte o el Both, pero la primera es la más demandada. Y llega a niveles mediáticos impresionantes con el Super Bowl, en el que se convierte en el manjar favorito a partir del guacamole. La intención del tal Hass se achicó si se ve la forma como se produce y disemina a veces naturalmente en el país el aguacate, cosa que no puede darse en cualquier lugar. Aquí se cosecha en 16 estados, pero el principal productor es Michoacán que controla más del 80 por ciento de la producción. De acuerdo a datos del Instituto de Investigación de Ecosistemas y Sustentabilidad, de la UNAM, aunque el cultivo se va ampliando en los estados, se ocupan más de 150 mil hectáreas en ese cultivo, muchas veces sin apoyo técnico y con problemas de contaminación ambiental. Anualmente se pueden recoger más de 300 mil toneladas. El estudio universitario sostiene que el manejo poco controlado e ilegal en algunos casos de la planta, ha ocasionado contaminaciones en los lagos de Pátzcuaro y Zirahuén.
¿COMERÍA GUACAMOLE EL BARÓN DE HUMBOLDT CUANDO VIAJÓ POR MÉXICO?
El libro de Álvaro Luna es un compendio muy interesante de muchas décadas atrás. Pero son válidas y actuales las propiedades que difunde en esa gruesa obra tan detallada, de las muchas plantas que tienen propiedades calmantes, curativas y reconstituyentes. Muchas de esas plantas son de origen mexicano y han sido base para medicamentos de laboratorio. El IPN realiza la investigación de esas plantas y ha hecho grandes aportes a la ciencia mexicana. El autor un gran conocedor, menciona a los grandes teóricos y botánicos que contribuyeron con sus aportes y obras a diseminar sus conocimientos. Uno de ellos el famoso viajante Barón Alexander von de Humboldt que estuvo en México en 1803. A él se atribuye la frase: La región más transparente del aire, que menciona Alfonso Reyes en Visión de Anáhuac y Carlos Fuentes en su novela. Entre muchos, aparte de Aristóteles ya mencionado arriba, señala a Adalberto von Chamisso, el escritor alemán de origen italiano, autor del El maravilloso viaje de Peter Schmidl y su gran aporte filosófico sobre El hombre que vendió su sombra. Aunque sólo menciona a nuestra fruta como aguacate una sola vez, Luna lo relaciona con la alimentación, la cosmética, la farmacéutica y la economía, Si se reprodujera, dice, ”¡que bien harían al país lo arboristas y encargados de los viveros de multiplicar este árbol cuya propagación tendría un rápido desarrollo!”. No sabe el señor Luna que sus deseos ya se cumplieron hace mucho….sobre todo en Michoacán.