Hay gente que, como dice el refrán, ve la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el propio. Hace unos días, mi amigo Manuel Díaz escribió un artículo titulado: "Arráncame la vida", parafraseando el libro de Ángeles Mastretta, en que cuenta, de manera novelada, parte de la vida de Maximino Ávila Camacho. Ciertamente, fue un cacique poblano terrible, un hombre atrabiliario que ejercía el poder sin cortapisa alguna. Manuel, recuerda buena parte de los horrores creados por este político surgido de la revolución para con ello, atacar a Yeidckol Polevsnky.
Con el pretexto de que Maximino Ávila Camacho es su abuelo, lo cual es francamente insustancial, trata de hacer un paralelismo planteando que Polevnsky pretende restablecer el cacicazgo de los Ávila Camacho en Puebla, utilizando como su instrumento a Luis Miguel Barbosa, actual candidato de MORENA, PT y Verde, al gobierno del estado de Puebla.
Yeidckol no es una asesina, una cacique, ni una mujer atrabiliaria. Ha realizado una importante carrera política desde la izquierda, comprometida desde hace más de una década con el hoy compañero presidente López Obrador. Es una política con virtudes y defectos, pero ninguno de sus defectos se acerca ni poquito al monstruo político que fue Maximino Ávila Camacho.
Uno no es responsable de los actos de sus padres, mucho menos de sus abuelos. El recuento histórico que Manuel Díaz realiza sobre Maximino Ávila Camacho es un intento majadero de ataque contra Yeidckol.
Por otra parte, Manuel pretende olvidar que Luis Miguel Barbosa es un político con trayectoria y personalidad propia. Se hace que no recuerda que, cuando la candidatura a la presidencia del hoy compañero presidente López Obrador tenía un rumbo incierto, él decidió apoyarlo y jugársela con su candidatura. Barbosa no sólo renunció a ser coordinador de los senadores del PRD, con toda la importancia que esa posición tenía, sino que además logró que la mayoría de senadores y senadoras de ese partido se sumaran a la fracción del Partido del Trabajo, que en realidad eran la fracción de senadores de MORENA. No le disputó a Manuel Bartlett la coordinación y se sumó como un senador más la fracción formalmente petista y, reitero, apoyo con toda la candidatura de López Obrador a la presidencia de la República.
Vale señalar que la hoy vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna, no renunció en ese momento al PRD y se quedó coordinando la pequeña fracción de cinco senadores de ese partido.
También Díaz pretende olvidar en su artículo, que Luis Miguel Barbosa fue candidato a gobernador por la coalición Juntos Haremos Historia y que fue despojado del triunfo por un majadero fraude electoral que le dio la gubernatura a Marta Erika Alonso.
En resumen, que mi amigo Manuel Díaz es insolente con Luis Miguel Barbosa y con Yeidckol Polevsnky.
Francamente desconozco las razones que lo han movido a un ataque tan burdo pero me parece que además de insostenible, es bastante ruin.
Barbosa será el próximo gobernador de Puebla y ejercerá el gobierno con la entrega y el compromiso necesarios. No es un hombre que se preste a ser títere de nadie, se le pueden criticar muchas cosas en su trayectoria, pero no el de no tener independencia y criterio propio.
Finalmente me parece que los ataques a Yeidckol tienen que ver con el relevo que habrá en noviembre en torno a la dirección Nacional de MORENA.
También, muchas cosas podrían criticarse en la gestión de Polevnsky al frente de su partido, no es necesario ponerse a buscar en sus antepasados pretendiendo equipararla con éstos. Así que si van a criticar, dejen de intrigar y pónganse hacer una crítica seria.
El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz.
Gerardo Fernández Noroña.
Torreón Coahuila a 3 de Mayo de 2019.