A cada paso del presidente el PRI y el PAN atacan sus decisiones calificándolas como las peores locuras, exigiendo soluciones rápidas y criticando cual sea la acción emprendida. Sus dirigentes ahora repiten el discurso de MORENA de anticorrupción (¡cuando es el mismo argumento de su opositor!).

Un absurdo me resultó por ejemplo los spots del PAN comparando a Andrés Manuel con Hitler a pocos días de asumir el poder, otro absurdo es el PRI hablando de nuevas oportunidades y de reconquista también a pocos días de ser oposición.

Ambas demasiado apresuradas, sin originalidad en discurso y falta de propuestas innovadoras, aunado a ello en redes sociales muchas “fake news”, mensajes polarizadores, opiniones fatalistas poco objetivas, manipulación de información y demás.

Para que una democracia se fortalezca son necesarios contrapesos y competencia política sana, por tal motivo es necesario plantearse si la “oposición” genera una buena estrategia para ser precisamente la voz crítica, realista y propositiva que sus líderes dicen quieren ser.

Todos salimos perdiendo con la mala estrategia, primero el PRI y el PAN pues no van a capitalizar el favor de la gente, basta ver que a cada declaración los comentarios se vuelcan en su contra, segundo el gobierno a la defensiva, y tercero a la población misma, en una guerra de lodo se contribuye al desprecio hacia los políticos provocando indignación y apatía a temas públicos.

La nueva minoría aún no ha entendido que sus actuaciones anteriores quedaron registradas en la historia y en la opinión popular, deben asumir el punto donde están partiendo: con números negativos, nada ganarán con echar tierra si primero no limpian la interior y lo que es mejor construyen una posición creíble.

Una correcta estrategia sería reconocer errores pasados, generar liderazgos verdaderamente sociales es decir nuevos rostros (hasta el momento son los mismos de siempre), integrar ideas en cada área y no sólo a hablar sobre los temas que el gobierno plantea; aprovechar esos espacios que nadie ve para abanderarlos como causa, es decir propuestas frescas y específicas llevándolas a cabo donde tienen gobernadores.

Ejemplo: hoy la agenda está marcada por los temas de corrupción, robo de hidrocarburos, tren maya, el aeropuerto etc., el PRI y el PAN desgastan la mayoría de sus espacios para oponerse, pero miles de padres estarían agradecidos si algún partido o gobierno impulsara los desayunos en las escuelas públicas de manera general, mayor licencia de paternidad que en la actualidad es de cinco días, inglés desde preescolar y tantas otras necesidades enfocadas al núcleo del hogar y de la educación. Con beneficios reales los discursos sobrarían.