¿Qué falta? ¿Qué sigue? Nuestro país nunca deja de sorprendernos. Cuando suponemos que la descomposición no puede ser mayor, algo sucede, siempre pasan cosas increíbles. Apuesto a que cuando nos enteramos de la fuga del ?Chapo?, lo primero que pensamos fue en corrupción, siendo así, antes de que el gobierno saliera a dar sus insólitas y cansadas explicaciones, la opinión pública ya tenía el veredicto: el capo se fugó gracias a la corrupción.

Apenas hace algunas semanas, el presidente lució exultante al presentar el Sistema Nacional de Transparencia y la ley anticorrupción, a tal grado que se atrevió a decir que se estaba domando a la condición humana, sin embargo, es evidente que no tiene la calidad moral, ni el ánimo, mucho menos el poder para combatirla, él es producto de la misma, la corrupción está en suformación política.

Basta recordar la ligereza con la que el mandatario tomó el asunto de la Casa Blanca, no le pareció relevante que un proveedor de su gobierno con contratos multimillonarios construyera una casa para su pareja y se la ?vendiera? en cómodas mensualidades. Más allá del conflicto de intereses, quedan muchas dudas en torno a las relaciones, negocios y tratos entre estos personajes.

En este contexto, el escape de Guzmán Loera calificado como imperdonable por el propio Peña en caso de que ocurriera, no tendrá efectos en los más altos niveles del gabinete, los principales funcionarios evadirán su responsabilidad. Estas decisiones abonarán a la pérdida de confianza, el descrédito de las instituciones es tal que abarca desde el INE hasta la PGR pasando por muchas otras.

Durante la semana he leído, que la fuga es un golpe muy duro para la administración de Peña Nieto, al respecto tengo mis dudas. Hace un año suponíamos que Ayotzinapa y la Casa Blanca tendrían costos altísimos, sin embargo, si tomamos el resultado de las pasadas elecciones como instrumento para medirla aprobación del gobierno, el PRI salió muy bien librado, incluso ganó en el estado en donde se dieron los terribles hechos contra los estudiantes.

Pero como nunca es suficiente, el pasado miércoles inició la venta de los recursos energéticos de la nación aempresas privadas, existen miles de razones para suponer quienes serán los grandes beneficiarios de estos negocios, la historia de las privatizaciones indica que la oligarquía se enriquecerá aun más.Y ya para cerrar la semana, el INEGI publicó la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, los datos indican que el gasto corriente disminuyó 5.1% y el ingreso decreció 3.5%, en resumen los ingresos de la mayoría de los mexicanos se han deteriorado y en consecuencia sus hábitos de consumo se han modificado y/o restringido.

Les dejo una pregunta para la reflexión: ¿Qué otras cosas tienen que pasar para que nos atrevamos a cambiar a quienes nos gobiernan?