EPN dice a la gente que el PRI ahora sí tiene estrategias precisas para atender la autosuficiencia del campo mexicano pero no dice cuáles son, ni las ha enseñado por ningún lado, ni siendo gobernador del Estado de México hizo lo que ahora promete. Zapata se revolcó en su tumba al oír su farsa entrenada celebrando su aniversario. Alejadísimo de la gente se le ve a Peña Nieto, por lo que esta no lo respeta realmente, su campaña es todo montaje y cheque abierto sin ningún quorum de convicción popular.
Será entre otras cosas porque el PRI fue quien acordó el tratado de libre comercio con Norteamérica, lo que provocó el abandono del campo mexicano, el resultado lo conocen bien los campesinos.
Intenta claramente el equipo de Peña Nieto la estrategia de copiar en lo que se pueda a AMLO, pero no les trae el éxito esperado. Aunque nos muestran que ellos Sí saben a quién habrá que vencer, quién se prepara para rebasar, se los revela el pueblo mismo, quien se encargará de reclamarle lo incumplido al puntero prefabricado en extremo vulnerable.
Andrés Manuel, estará lejos de ser perfecto al igual que lo estamos cualquiera dentro de la especie humana. Somos los imperfectos del reino animal, no obstante nos sentimos los privilegiados los que todo lo controlan. Las demás especies del planeta actúan sin sorpresas conforme a un excelso instinto natural impreso en su ADN. Lo llamado Dios o conciencia por nosotros, bien podría ser producto de una disfunción en nuestro ADN. Por ello que el instinto del humano saludable es retener la virtud, de corazón apreciarla. Porque eso es acercarse a la perfección. La primera en la lista es la humildad. El reconocerse como un igual de las demás especies terrícolas es una comunión que libera virtudes.
Cuando alguien percibe a AMLO como “mesiánico” y nos dictamina a sus millones de seguidores como seres embrutecidos por un Mesías Redentor, resulta un atrevimiento muy adverso para quien así lo determina porque no hay nada más alejado de la verdad.
Amlo y yo, por ejemplo, tenemos diferentes opiniones en algunos aspectos, tema de otro escrito, pero aun así votaré por él, porque me consta que ama al prójimo, que su vocación es trabajar para servir a su país, que no se ha enriquecido a costa del erario público, que ha escogido a los hombres y mujeres más capacitados a la mano para ayudarlo a gobernar con ética, humanidad y sabiduría.
El México que propone es “un México de abrazos, no de balazos”.
Y eso, es una importante diferencia, un grato aroma de esperanza, comparado a los planes de continuación del fuego sobre el territorio que propone el PRIAN.