Barcelona es ciudad entre ciudades...
Dice una leyenda que Barcelona fue fundada en el año 230 AC por Amílcar Barca; padre del legendario Aníbal... Sí, aquel que con sus elefantes pudo haber cambiado la historia.
Pero el hecho es que no hay nada que demuestre que los cartagineses se asentaron en la región, y lo que sí hay son vestigios de asentamientos que datan del periodo neolítico, allá por el lejanísimo 5,500 AC.
La gran historia de la ciudad se empezó a construir en la edad media, en el llamado periodo condal, época mágica en que Barcelona competía con Venecia y Génova por el dominio del Mediterráneo.
Vinieron después los años de la unificación española y el periodo colonial... Y después otros de decadencia, hasta que con la Revolución Industrial la ciudad renació... Recuperó futuro... Derribó murallas para crecer en extensión y fue tierra fértil para que llegaran maravillas como el modernismo de Gaudí y una nueva visión urbana que convirtió a Barcelona en esa ciudad entre ciudades que mencioné al principio de este texto.
Sugiero hacer una pausa para cerrar los ojos... Dejar sonar el Mediterráneo de Serrat... Servirse una buena copa de Cava, y que quienes hayan tenido el privilegio de conocer Barcelona –y también quienes no- tomen un momento para pensar en su Barceloneta, el Barrio Gótico, en sus súper manzanas y... Y en sus maravillosas y hoy enlutadas Rámblas.
Si nos atenemos a Wikipedia, Barcelona es: “una ciudad y municipio de España. Capital de la comarca del Barcelonés, de la provincia homónima y de la comunidad autónoma de Cataluña. Con 1.6 millones de habitantes, es la segunda ciudad más poblada de España, y la undécima de la Unión Europea (UE), y si se considera su área metropolitana, su población se eleva por encima de 5 millones de habitantes, lo que la ubica entre las seis mayores de la UE”.
Pero Wikipedia se queda muy corta para explicar lo que es Barcelona... Potencia cultural... Potencia económica... Vanguardia urbana...
Y por supuesto... Potencia futbolera...
Ya había invitado a escuchar al catalán de catalanes Joan Manuel Serrat. Bien hubiera podido sugerir escuchar también a Montserrat Caballé, o recordar la pintura de Joan Miró, el genio de la arquitectura de Antonio Gaudí, o al menos conocido, pero no por ello menos destacado, Ildefonso Cerdá, autor de esa increíble traza urbana que conocemos como El Ensanche.
Y es que Barcelona es una de esas muy pocas ciudades que a pesar de acumular riquezas de todo tipo, podrían ser memorables por la pura experiencia urbana... Y sí, aunque hay mucho que decir de esta Ciudad Condal, el hecho es que su desarrollo urbano ha sido y sigue siendo inspiración para muchos.
Por supuesto, la magia nace en la capacidad de transformación a partir de un casco antiguo, que permite reconocer lo que fue la ciudad romana, la traza del periodo medieval, los limites que marcaba su muralla, la senda del modernismo y el periodo de la industrialización, y el ya comentado Ensanche... Todo amalgamado para da forma a una ciudad viva y palpitante, que día con día se sigue transformando y construyendo con ello el camino a nuevos futuros.
Y repito... “que día con día se sigue transformando y construyendo con ello el camino a nuevos futuros”.
Quizá en eso radique la esencia de la eterna modernidad barcelonesa, en el simple, pero contundente hecho de vivir en proceso de transformación constante, tomando como base sus muy ya comentadas maravillas, para renovar a sus ciudadanos, en forma igual de constante, la oferta de identidad y calidad de vida.
Barcelona ha sido ciudad que quiso ser ciudad... Que ha transitado de la traza romana, a esa nueva traza que en el siglo XIX tomó los enormes retos de la expansión urbana para convertirlos en oportunidades.
Fue poquito después de 1840, cuando partir del proyecto Abajo las Murallas, Barcelona se convirtió en pionera absoluta en querer ser ciudad con base en objetivos de largo plazo...
Me imagino lo increíble que debió ser en 1860 un plan como el de Ildefonso Cerdá, que contemplaba tirar la muralla que asfixiaba el casco urbano antiguo, para apostar todo por un “Ensanche” que implicaba urbanizar una superficie varias veces mayor que la que en ese momento ocupaba la ciudad.
Debió ser increíble ver ese proyecto urbano que en busca de ser integral, tomaba como base una estricta retícula, rota solo por grandes avenidas diagonales, que se llenaba con manzanas con esquinas que se achaflanaban, buscando con ello mejorar la circulación, bordeadas por magníficas banquetas arboladas, y estableciendo con claridad el abasto de infraestructuras urbanas de todo tipo.
Hace más de 150 años ese proyecto urbano establecía que debía haber un mercado cada 900 metros, un parque cada 1.500, tres hospitales, un matadero, un cementerio, un bosque y 31 iglesias.
Establecía que las grandes industrias serían ubicadas cerca de los dos ríos y las pequeñas y medianas serían distribuidas a lo largo de la ciudad.
El proyecto incluía un sistema para la recolección de aguas y -un “i” fundamental- visión y objetivos muy claros en materia de transporte público, como si estuviera previendo el protagonismo que en un futuro que ya llegó, habría de tener.
Una verdadera joya del urbanismo...
Y sí... Puede que Barcelona esté de luto... Luto que duele porque Barcelona es una capital global que nos representa a todos... Que representa ideales individuales de todo tipo... Incluyendo aquellos que reconocen lo que significan las ciudades en el proceso de construir mejores futuros.
Quizá por eso más que sumarme a la pena, quise reconocer las grandezas de esta Barcelona... Nuestra Barcelona eterna.
#NoTincPor...
· Horacio Urbano es presidente fundador de Centro Urbano; Think Tank especializado en temas urbanos e inmobiliarios.
@horacio_urbano