Alejandra Barrales avanzó una casilla al apropiarse del mote de La Jefa para su propaganda electoral. Ahí la verdad es que se durmió Claudia Sheinbaum, su principal contendiente y candidata puntera en las encuestas. Podía habérselo apropiado, pero se lo ganó la perredista.
La publicidad de campaña de la ex senadora Barrales viene ahora acompañada de ese término, que parece copiado de la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota, pero que tiene mucho más sentido ahora que en ese momento.
Nadie pensaba en Vázquez Mota como la jefa. No la veían como jefa ni del PAN, ni de su campaña, ni de las encuestas.
En cambio, en la contienda por la Ciudad de México, tanto Barrales como Sheinbaum podrían haber usado el mote: ambas aspiran al cargo de jefas de gobierno y ambas tienen posibilidad de serlo (hoy más la ex delegada de Tlalpan). Por primera vez habrá una gobernante electa y las dos están en la mira.
Quieren que empecemos a preguntarnos, a cuál le diremos jefa.
Barrales se adelantó y aprovecha hábilmente el doble sentido del término, que alude tanto al cargo como a una cualidad de líder. "Barrales la jefa", dice su propaganda e, inevitablemente, inocula la idea en los electores capitalinos de que 1) ella es-será la jefa de gobierno y 2) que ella sí es jefa y no le responde a nadie. La ex senadora ya ha usado ese argumento en varias entrevistas y le gusta recordar, tanto a los militantes de su partido como a los líderes que la arropan, que ella no tiene jefe político.
Al decirlo así, sin necesidad de aludir a sus contrarios,
Barrales recuerda que la candidata de Morena responde al líder de ese partido y que Mikel Arriola, si alguien piensa en él, responde a José Antonio Meade.
Ahí sí se durmió Sheinbaum.