Parece una locura. Pero hay que ser claros. La renuncia de Margarita Zavala, quien abandonó la candidatura presidencial beneficia más a López Obrador.
En el programa #TercerGrado Zavala solo se limitó a anunciar su renuncia pero no dijo a quién apoyará. Y dijo también algo cierto: No es dueña de los votos. Rechazó -al menos en el discurso- la óptica patrimonialista de su capital político. Muy poco, por cierto. Y anticipó que ya decidirá posteriormente si se suma a algún proyecto.
Todo indica que en lo personal -aunque no lo diga públicamente- apoyará a José Antonio Meade, quien ocupó importantes Secretarías durante la época calderonista, y tiene en su equipo a notables miembros de ese grupo político como el polémico Javier Lozano Alarcón. Tanto afecto se tienen que en el primer debate, fueron los dos únicos aspirantes que intercambiaron elogios en vez de ataques.
Sin embargo Margarita, quien se presentaba como enemiga acérrima del tricolor no podía decir a micrófono abierto que jugará para el PRI. Aún guarda el recato, a pesar de las diferencias con Anaya. Diferencias que no me sorprendería que fueran olvidadas, pues en política, no hay odios eternos.
Sin embargo, si Zavala respaldara a Meade, eso no quiere decir que todos sus votantes se irán como borregos a respaldar al candidato del PRI.
Según la encuestadora Masive Caller, la mitad del voto que tenía Zavala, se iría con Ricardo Anaya Cortés. En el mejor escenario, Margarita tenía 4 o 5 puntos. Es decir, 2 o 2.5 puntos se irían con el candidato del Frente. No obstante, Andrés Manuel alcanzaría el 16.5 % del voto que tenía la ex panista. Casi un punto de los 5 que tenía ella, con lo cual la ganancia real del queretano sería de un punto y medio porcentual como máximo. La agencia INDEMERC tiene otros números: por cada 100 votantes de Zavala, 38 tienen como segunda opción a AMLO, 28 votarían por Ricardo Anaya y siete por José Antonio Meade. Es decir, Andrés Manuel sería el ganón.
Las cifras de ambas encuestadoras reflejan entonces que el voto se estaría pulverizando todavía más. La ventaja de Andrés Manuel sería aún contundente pues hasta ganaría algunos votos más.
Sumar 2 o 3 puntos no le sirven de nada a Anaya. Y si esos votos se van con Meade, son tan pocos que ni siquiera cerraría la contienda por el segundo lugar. Es más, a Andrés Manuel le conviene incluso que lo poco que tenía Margarita se vaya con el priista. Mientras Meade siga compitiendo y no decline, el tabasqueño seguirá en caballo de Hacienda rumbo a la presidencia.
Más bien, esta renuncia de Zavala debe ser interpretada como el primer movimiento encaminado a fortalecer una estrategia del voto útil contra López Obrador, orquestada por los grupos de interés que presionaron a la esposa de Calderón para bajarse de la contienda y que ahora, se apresuran a apretar a Meade para que haga lo propio.
Más que cifras, esa debe ser la lectura política. Porque si nos atenemos a los números, reitero, la decisión de Margarita termina fortaleciendo a Andrés Manuel López Obrador.