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La pandemia de Covid-19 que se ha extendido por todo el planeta, ha provocado miles de muertes por lo que la palabra vacuna se ha convertido hoy en el término de la esperanza en todos los países del mundo. Hace tres décadas México contaba con un sistema de inmunología robusto que no solo abastecía a los mexicanos de todos inmunizadores recomendados por la Unicef, sino que exportaba a 15 naciones, pero ahora el país ha perdido soberanía en ese campo.
En la actualidad, Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México, S.A. de C.V. (Birmex) que es la empresa de propiedad mayoritariamente estatal que desarrolla, produce, importa y comercializa vacunas, solo produce el 10 por ciento de las vacunas que se aplican en México el resto proviene del sector privado y apenas se encarga de los fármacos preventivos del tétanos, la difteria y la poliomielitis.
La historia de Birmex es hablar de engaños y corrupción en el terreno de la salud en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, en que la Secretaria de Salud (SS) invirtió y perdió casi mil millones de pesos en la fallida construcción de un laboratorio donde se fabricaría la vacuna contra influenza. No se concluyó el proyecto por inconvenientes que quedaron sin aclarar.
El plan estuvo a cargo de Laboratorios Biológicos y Reactivos de México e inició en 2008 con el diseño de la obra y tres años después, los trabajos de construcción. Sin embargo, hubo los inconvenientes y para 2015 no estaba terminada.
El gobierno del expresidente Calderón a través de Birmex llegó a un acuerdo con los laboratorios franceses Sanofi Pasteur para invertir en una planta “con la finalidad de que sea apta para producir vacunas” contra la influenza y se invirtieron más de 957. 3 millones de pesos, pero el proyecto no se realizó y por eso las vacunas para generar inmunidad contra la influenza A (H1N1) se tienen que importar.
El acuerdo comercial planteó que el laboratorio de capital francés construiría una fábrica de antígenos (sustancia activa) de la vacuna de influenza; a su vez, Birmex edificaría el lugar donde se concluiría la producción del biológico.
La empresa estatal encargada del proyecto adquirió una planta en Ocoyoacac, Estado de México por 237.2 millones de pesos e invirtió 720.1 millones más en remodelarla y equiparla, gastando del erario federal en total 957.3 millones de pesos.
El acuerdo comercial planteó que el laboratorio de capital francés construiría una fábrica de antígenos (sustancia activa) de la vacuna de influenza; a su vez, Birmex edificaría el lugar donde se concluiría la producción del biológico.
En el supuesto momento para iniciar la producción de vacunas se firmó un contrato de Asociación Público Privada en el que el desarrollador se comprometió a terminar la planta, con una inversión de 824.3 millones de pesos.
Ante las dificultades financieras para continuar, la SSa canceló en septiembre del 2015 la obra que estaba a cargo de Laboratorios Biológicos y Reactivos de México ocasionando una gran pérdida para el erario federal.
La Auditoria Superior de la Federación (ASF) identificó en 2017 que la planta de Ocoyoacac no tenía la capacidad óptima para soportar las cargas de las instalaciones del proyecto APP, por lo que se acordó demolerla y construir una nueva planta, con un costo de 3 mil 41 millones de pesos a cargo del desarrollador del proyecto.
Con el nuevo contrato, el laboratorio de capital francés se comprometió a construir la planta y esta es una obra de 10 mil metros cuadrados, que está ubicada en Cuautitlán Izcalli, estado de México, y ya tiene un avance de 100 por ciento. Una vez que se instale el equipo y la tecnología, empezará a funcionar en 2024.
A cambio, el compromiso de la Secretaria de Salud a través de Birmex, es la exclusividad en la adquisición a precios preferenciales de la vacuna contra influenza de Sanofi Pasteur y se incluyó la vacuna hexavalente que protege contra difteria, tétanos, tosferina, poliomielitis, Haemophilus influenza tipo B y hepatitis B.
Hay que recordar que la crisis de influenza, del 2009, costó la vida de mil 172 personas, el contagio de más de 70 mil además de la parálisis social y económica por más de tres semanas del país, y aun así el gobierno de Felipe Calderón decidió que era una ventana de oportunidad para continuar con el abuso y la corrupción.
La historia de corrupción en Birmex no solo se dio con el fallido proyecto para instalar una planta para producir vacunas para la influenza. La ASF realizó diversas observaciones a la empresa estatal, por daño o perjuicio a la Federación por 17 millones 423 pesos en la cuenta pública de 2014, debido a que, en 45 facturas por servicios de distribución de vacunas, el precio de venta por dosis osciló entre 2.1 y 5.3 pesos, cuando el costo de producción era mayor, con lo que se daba un subsidio a compañías privadas.
Como vemos los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, engañaron y jugaron con la salud del pueblo mexicano y tuvieron como cómplices a sus respectivos secretarios de salud que fueron José Ángel Córdova Villalobos, Salomón Chertorivski Woldenberg, Mercedes Juan López y José Ramón Narro Robles.