I
No sé si sea una circunstancia afortunada que mi visita coincidiera con la muerte de Fidel. Es un hecho histórico que uno de los hombres que marcaron el siglo XX muriera justo cuando yo presenciaba un evento que combinaba performance, poesía y música.
Al principio, pensé en escribir de aquellos accidentes felices que tiene cualquier turista. Pero ser turista y escritor es una contradicción. Veo las cosas de distinta manera. Mi viaje de Arroyo Naranjo a La Habana vieja es harto ilustrativo. Los cubanos de a pie son educados, la juventud es ruidosa pero los mayores poseen una serena resignación. Vi a un joven de uniforme militar cederle el asiento a una anciana, y a una joven cederle el asiento a un padre con su niño. No había en esos gestos algún rasgo de superioridad moral por hacer lo correcto al estilo de tienes el valor o te vale. Es simple y llana educación.
Quiero aclarar que del aeropuerto me fui a una casa de renta. Al siguiente día no tenía moneda convertible siquiera para el camión. Un hombre sentado en un carro rió y me dio un par de pesos. Con uno me alcanzaba y el otro por si las dudas, dijo escondiendo la sonrisa detrás de un espeso bigote.
II
Vivimos en un mundo multicolor al cual vemos a través de un lente en blanco y negro. Las redes sociales son militantes. Un alter ego inútil que sirve para posicionar nuestra estulticia ante cualquier evento. En el asunto de la ideología importa más pegar que entender. Hace rato que quiero entenderlo. Sistemas cerrados de ideas las he nombrado. Religiones sin Dios a las que accedemos por sentirnos parte de algo. Los nuevos panópticos inversos donde todos observan y quieren ser observados.
III
Cuba es una mierda he escuchado muchas veces. Esa frase rebota en mi cabeza mientras miro a cientos de jovencitas salir de un teatro gigantesco con sus uniformes ajustados. Lucen bellísimas. A ellas la revolución sí les hizo justicia. Quizá haya una academia comunista especializada en el arte de hacerlas caminar con garbo. Pareciese que han tomado clases de ballet desde la cuna. La juventud es bendita, no miro asomo de ideología en sus sonrisas.
IV
Fidel ha retado al imperio. Les ha puesto un gobierno comunista a 90 millas de la costa de la Florida. Fidel es un comemierda. Como se atreve. Los siguientes 50 años y contando, le haremos un embargo económico que pondrá a la isla de rodillas, impondremos nuevos récords tratando de matarlo. Es que ese tipo no es fácil. La salud y la educación no tienen que ser gratis. A quien putas se le ocurre poner cursos hasta en la televisión.
V
Una anciana cubana me cuenta sus desventuras. El comunismo se llevó sus privilegios. Con los años hasta su hijo tuvo que huir. El pobre estudió mecánica de aviación en una escuela comunista. Ahora gana como ochenta dólares la hora. Pensé que las escuelas cubanas no servían.
VI
Hagamos un ejercicio de estadística. ¿Cuántos detectores de metales hay en las escuelas cubanas? ¿Cuántas muertes violentas? ¿Cuál es el índice de criminalidad? ¿Cuántos negros han sido asesinados por la policía en el último año gracias al gobierno represor?
VII
El compañero Fidel juega basquetbol. El compañero Fidel te puede decir cuáles son los números exactos de la producción porcina, el compañero Fidel no claudica en su deseo de llevar la revolución a otros lados. Fidel en sus discursos se prepara para ser mito. Fidel es más grande que Castro. Castro es el hombre viejo, Fidel el hombre nuevo.
VIII
No vemos al mundo como es sino como quisiéramos que fuera. Por eso las utopías no son alcanzables, sino nos sirven para caminar dijo Galeano. La revolución se opone a la visión del mundo industrializado que prefigura Tolkien. Un mundo donde el viernes negro debería instaurarse todos los fines de semana. El consumismo atroz que llega por medio de antenas piratas a Cuba. Esto es Miami chico, donde hay muchos que rentan joyas para pasearse por su tierra natal.
IX
La revolución es también escisión. En una revolución hay ganadores y perdedores y hay también malos perdedores. A los malos perdedores les importa un carajo que sus paisanos se mueran de hambre. Bendito embargo que mantienes el status quo.
X
Los cubanos en la isla y fuera de ella solo están de acuerdo en una cosa. Fidel es un chingón. Lo odies o lo ames Fidel es un tipo brillantísimo. Fidel corrió a los jesuitas de Cuba. Fidel no era tonto. Fidel le sacó el complejo de culpa a sus paisanos. No más curas metiches, no más poder de la iglesia. A Fidel no le interesa la democracia. Sabe que en ocasiones no funciona. Revolución y democracia son antagónicas, generan tipos como Calderón, Peña Nieto o Trump. Idiocracia en su más pura esencia.
XI
Un cubano no es un pillo natural. El embargo lo hace corretear la chuleta. Rusia cae y viene el periodo especial. Mire usted que nombre más rimbombante. Periodo especial. Le explico porque no es gratis. Es solo un periodo, y es especial, porque quizá de esta no salgamos. El orgullo y el hambre deben permanecer intactos.
XII
La juventud resiste. Quiere ser como las demás juventudes. Quiere viajar, divertirse. Quiere tener suficiente dinero para un carro, unas vacaciones, ve la cultura del consumo desde un aparador. Pero también le entra el conflicto. No hay carteles de droga disputándose la plaza como en el capitalismo atroz. No hay leyes que hayan sido creadas para ser sodomizadas.
XIII
Dictador brutal le dicen. Se le atribuyen muertes ciertas e imaginarias. Todos los que escogen la vía armada entienden que se mancharán las manos de sangre. Así funciona el mundo. Un tipo provoca de manera directa la muerte de millón y medio de Iraquís. Es condecorado, pero pertenece a otra clase, la de los buenos que pueden comprar sus espacios televisivos en el mundo. Es dueño de la narrativa.
XIV
Un grupo de jóvenes toca rock acompañados de una caja peruana, un violoncelo, y un violín, tocan con especial maestría. Es de noche en el nuevo vedado. Todos visten de manera elegante. Un amigo poeta declama mientras empieza a llover. En esos minutos muere Fidel, y por pura casualidad su fallecimiento coincide con el aniversario de la partida del Granma hacia Cuba.
XV
El poder se hizo para ejercerlo, la política es una suerte de ajedrez sobre una barda altísima y delgada, especialmente si diriges una isla de un poco más de diez millones de habitantes. Tienes que plantarle cara al imperio más poderoso de la historia. Te puede hacer polvo si se lo propone. Escoges con cuidado a tus enemigos. Exportas médicos no misiles.
XVI
Estoy sentado afuera del floridita. Unas turistas me confunden con jinetero. La camisa arremangada y los pantalones de mezclilla desgastados me hacen parecer un cubano cualquiera. Un negro de edad se sienta a mi lado, intercambia algunas palabras conmigo. En unos minutos se aleja, me confunde con la seguridad del estado. Atrás de mí, un par de bohemios tocan sus guitarras con pasión. Alternan canciones de Juan Gabriel y Vicente Fernández. Cuba no es un país musical, Cuba es la música.
XVII
Mi padre procuró darnos una idea del mundo a temprana edad, mi niñez fue en los setenta. La enciclopedia temática que huele a nuevo no esconde su filiación ideológica. Fidel abraza a Kruzhev. El pie de la foto es revelador; Fidel abraza a su nuevo amo.
XVIII
La amiga que me hospeda habla para cerciorarse de que estoy bien. Se acaba de enterar de la noticia. Le preocupa mi condición de extranjero. He bebido bastante cerveza. Caminamos como diez cuadras hasta encontrar una guagua que nos llevará al centro de La Habana. Es un día extraordinario. Al llegar a su casa, el inicio de los interminables homenajes ha empezado. Se han decretado nueve días de duelo. Tienes suerte chico. Mañana te vas.
XIX
Para creyentes y detractores Fidel es extraordinario. Un revolucionario de una isla pequeña marcó el paso del siglo XX. Puedo decirlo sin apasionamientos. No soy Castrista, nunca lo fui. Tampoco soy ciego. Leí por igual a detractores y aduladores.
XX
Dejo La Habana atestiguando un aeropuerto atestado. Hace casi un año visité la Isla y escribí un ensayo sobre mis primeras impresiones. Eso le costó el puesto a mi editor. Tuve que acompañarlo en su salida. Por desgracia, la historia no es lineal. De manera curiosa la izquierda se debilita y los dogmatismos de derecha se abren paso con fuerza. Las utopías revolucionarias marcaron hitos en la historia contemporánea. De a poco se extinguen. Muchos creen que con la muerte de Fidel se acaba el comunismo, pero, ¿Qué queda en su lugar? Los ruidosos cubanos en el exilio quieren una sucursal de Miami. Son unos trogloditas. Los cubanos en la isla los ven con recelo. Y la idea de una sociedad igualitaria se desvanece. Por presiones externas y miopías internas. Pero los cubanos son muy educados. Ya le encontrarán la solución a este embrollo. Viva Cuba.