Me parece Jaime Rodríguez, gobernador constitucional del estado de Nuevo León, un tipo bien intencionado con un enorme reto por delante, que se ha sabido rodear de un buen equipo con el que puede cabalgar más lejos. Carismático, su campaña fue de un éxito rotundo e inesperado, con un gran dominio sobre los medios no tradicionales.
Sin embargo, como a no pocos políticos, pareciera que el ego le está ganando apenas al subirse a la silla del gobernador Medina y eso no es sólo malo para Nuevo León, sino para el país entero que quizá vea como una alternativa sólida de competir contra los políticos de siempre, la llegada al cuadro de presidenciables de un independiente (quien quiera que este sea) para el 2018.
Si quizá a López Obrador haya que decirle que los votantes no son solo los que lo vitorean en las plaza públicas, al Sr. Bronco hay que recordarle que la gente a la que gobierna es mucho más que sus fans de facebook.
Los políticos, nombre usted al primero que se le venga en mente, tienen una obsesión malsana con los medios. No solo quieren aparecer, sino también que se les alabe, venere y se les reconozca como salvadores de la patria, casi rayitos de esperanza, que se insista en todo lo bueno que han hecho, están haciendo y que por supuesto harán. Que sus coberturas sean siempre positivas y sin mancha siquiera de duda o sospecha, casi loas y no reportajes.
Mi adorado Fox, decía que él estaba a toda madre en todos lados y que sólo el círculo rojo no lo toleraba, era un pobre incomprendido; Calderón todos los días se emberrinchaba diciendo que la prensa solo reportaba los horrores de la guerra del narcotráfico y no toda la bola de bondades que su gobierno había logrado; Peña Nieto que nos quiere regañar por quejarnos de no saber agradecer los beneficios que las reformas nos han traído a todos, y ya en el colmo AMLO, que llegó a decir que la cobertura del nombramiento del papa Benedicto XVI era una cortina de humo para evitar hablar del desafuero y quien reparte etiquetas a medios como buenos y malos, libres e independientes, chayoteros y progresistas.
Hay pocos políticos (¿acaso habrá alguno?) que en realidad entienden que en democracia la libertad de expresión está por encima de sus intereses o apreciaciones, que un medio es desde luego subjetivo y que su línea editorial sigue a los intereses de sus dueños. Esto lejos de causar alarma y escozor, se vive dentro de la civilidad democrática en muchos países del mundo donde los lectores o auditorio tienen la última palabra y asignan a cada quien la credibilidad que para ellos merezcan.
Viene al caso todo este mamotreto por las reciente declaraciones en facebook de don Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, respecto a Milenio: ?Raza, como ustedes han visto, últimamente Milenio, está sacando notas negativas, criticando y buscando errores para exhibir, no han sacado ninguna nota positiva del trabajo y esfuerzo que estamos haciendo por resolver todos los problemas que nos hemos estado encontrando en el gobierno, no sé si sea porque no les pagamos o porque les caigo mal o no sé, lo que si les digo es que estamos revisando todo el gasto y el pago que el gobierno les dio durante 6 años, y eso pronto lo publicaré para que ustedes valoren las cosas, ustedes juzgarán y entonces los medios tendrán que ser objetivos y no chantajistas?.
De una vez le anticipo al Bronco que no, los medios no son objetivos, ¿o alguien duda que la cobertura de La Jornada no sigue la ideología de izquierda y que a partir de ahí publica sus contenidos?, ¿o que Fox News no es casi una extensión del Tea Party?, ¿o que The Economist representa el ala liberal?, and so on? Son los lectores, mi estimado gobernador, los que le dan el peso a cada medio. Nos puede gustar o no, pero Milenio puede ser completamente crítico con su gobierno, de la misma manera que El Norte lo era con Medina. No se puede dictar coberturas positivas aún cuando el político en turno sienta que las merezca.
Ahora bien, si Milenio recibió dinero del estado a cambio de una cobertura favorable del gobierno anterior, o bien si chantajea al actual, es insuficiente la denuncia pública en facebook, se requiere proceder legalmente con toda la fuerza contra lo que a todas luces sería una inmoralidad. Pero lo que me parece sumamente grave es que instalado en un podio de pretendida autoridad moral se le quiera dictar a cualquier medio el tipo de cobertura a la que aspira.
Esperemos por el bien de Nuevo León y del país que sea solo un traslape y no en realidad la manera de ver y ejercer el poder del Bronco, ojalá no se caiga del caballo que lleva vuelo.
Lulyann Morales Moeller
@lulyann