El ardid
En efecto, ya quedó clara la estratagema (la define el diccionario de la RAE como “ardid de guerra”) que Felipe Calderón ha diseñado para aplicarla en dos tiempos —de los cuales ya anunció uno— con el propósito de fortalcer a Margarita Zavala y debilitar a Andrés Manuel López Obrador. Veamos la jugada completa:
1.- Dejar el PAN
Lo hará con la excusa de que no se entiende con el dirigente del partido, Ricardo Anaya. Hoy lo da a conocer el diario Reforma: “Felipe Calderón amagó el sábado con renunciar a las filas del PAN, debido a la parcialidad con que, acusó, se ha conducido el presidente nacional, Ricardo Anaya”.
Ello ocurrió “al calor de la primera sesión del Consejo Nacional albiazul y durante un ríspido altercado con el consejero tabasqueño Juan José Rodríguez Pratts”.
La nota de Reforma es contundente: “… ‘Yo sí he pensado, honestamente, la opción de salirme del PAN’, deslizó ante 200 consejeros que aún permanecían en el auditorio Manuel Gómez Morín”.
2.- Dejar Twitter
Por errores directamente atribuibles a la señora Margarita Zavala, esta aspirante presidencial no ha perdido ni un solo punto en las encuestas. Pero, ni hablar, ha caído en los estudios más objetivos y, por lo tanto, se ha alejado del líder, Andrés Manuel López Obrador.
¿Por qué si Margarita no se ha equivocado ha cedido terreno en las encuestas? La respuesta es sencilla: Por los frecuentes tuits de su marido, Felipe Calderón, “defendiéndola” o “apoyándola”.
Cada vez que Calderón la “defiende” o “apoya” cuestionando de mala manera a López Obrador, Margarita pierde terreno.
Abandonar el PAN representará para Calderón la justificación perfecta para dejar de “apoyar” o “defender” a una aspirante panista, por más que ella sea su esposa.
Para no correr riesgos —el instinto de bravucón de cantina traiciona a Calderón un día sí y otro también—, hará lo más prudente: cerrar o al menos dejar inactiva durante poco más de un año su cuenta de Twitter.
Gran jugada, ni duda cabe
Qué astucia la de Margarita Zavala: crear las condiciones para que su marido, en un berrinche, mande la política al carajo.
Para la señora, que es sin duda una gran candidato, era eso o el divorcio. La separación conyugal se la guardará Margarita como as bajo la manga por si acaso necesita en 2018 romper algún empate técnico.