Todas las terapias psicológicas son buenas, podemos trabajar en diferentes aspectos de nuestras vidas, en nuestros enojos, tristezas, alegrías, miedos, frustraciones etc. Pero independientemente de eso, en cualquier circunstancia que nos encontramos, asistiendo a una terapia o no, algo importante es empezar a hacer cambios de forma inmediata en nuestras vidas.
Resolver nuestros conflictos internos no se hace de la noche a la mañana, puede ser un proceso breve, pero no siempre es así, hay situaciones más complejas que requieren más tiempo de elaboración.
Para esto es indispensable darnos cuenta de cómo son nuestros pensamientos, si anotáramos todo lo que pensáramos y los calificáramos con positivo o negativo, nos daríamos cuenta de que muchos de nuestros pensamientos son pesimistas, destructivos, de crítica, de minusvalía, de estar juzgando la vida de los demás, o de querer aconsejar o arreglar las vidas ajenas, porque pensamos que nosotros tenemos la única verdad de las cosas, que los demás están mal y nosotros bien, sin percatarnos de que muchas veces tenemos un pensamiento, egoísta, soberbio y descalificador.
Por otra parte darnos cuenta de los sentimientos que habitan en nuestra alma y en nuestro corazón, es cierto que pasamos por muchas emociones pero cuando algún sentimiento se instala dentro de nosotros para destruir o destruirnos, cuando el rencor no se va, cuando el enojo se apodera de nuestros días, cuando la frustración no nos deja avanzar, cuando cualquier emoción se adueña de nosotros con nuestro permiso o no, es hora de sacarla de nuestras vidas. Y por último, nuestras conductas, lo que hacemos todos los días, cómo nos comportamos, nuestras pequeñas o grandes actitudes, la expresión facial que refleja nuestro rostro, las historias que estamos contando, cuando somos hostiles, agresivos e indiferentes.
Pocas veces nos ponemos a pensar en todo esto, pero si ya nos dimos cuenta de eso, debemos cambiar, hacer transformaciones inmediatas de lo que nos esclaviza, que nos limita, que no nos gusta o que nos hace sufrir.
Podemos cambiar tanta rigidez por flexibilidad, dejar de poner tantas resistencias a las cosas, dejar que la vida fluya de manera natural como las puertas de bambú.
Podemos cambiar nuestros pensamientos negativos a algo mejor, más constructivo y más protector. Y por último nuestras actitudes, nadie tiene por qué soportar groserías, caras, faltas de educación, desplantes, críticas, tonos de voz inadecuados, indirectas y ninguna otra forma de intimidación de nadie. Si nosotros hemos caído en algo parecido a esto, podemos cambiarlo y vivir en armonía, ya que todo eso habla de la inconformidad que tenemos entre nosotros mismos y el mundo.
Tal vez nos cueste trabajo trabajar en todo eso, ver las causas, las circunstancias, las razones, todo es válido, pero, lo que importa es cambiar, ir modificando lo que no me gusta. Todo se resume a "hacer conductas" "hacer cambios inmediatos". Por ejemplo: un padre que quiera hablar con su hijo, si se pone a pensar si existe enojo, orgullo, tristeza y demás, va a postergar ese momento. Por eso si le habla, " ya hizo algo al respecto, ya empezó el cambio", aunque los sentimientos alrededor de eso los pueda ir trabajando después. Pero "hacer las cosas" puede hacer milagros en todos los ámbitos. Ofrecer una disculpa, ayudar a alguien, hablar sobre una relación, dar el primer paso para estudiar, trabajar, tener mejor comunicación con nuestra familia, cambiar nuestra rutina, invitar a nuestros hijos a tomar un café puede mejorar los vínculos, arreglar un cajón de nuestra casa, ir a comprar un disco, ponernos la ropa que nos gusta, en fin hacer cambios inmediatos y visibles.
Hay dos tipos de cambios. El cambio 1, son cambios pequeños como cambiarte de chamarra, de blusa de pantalón, son cambios positivos, buenos, pero son cambios simples en los que no cambia la persona ni su relación con los demás. El cambio 2, es un cambio grande, positivo, radical, en el que sí cambia la persona y mejora su relación con los demás, por ejemplo, buscar trabajo, reconciliarse con alguien, iniciar a hacer ejercicio, arreglar alguna situación con algún familiar, salir en familia, buscar amigos, etc.
Realmente cualquier pequeño cambio es beneficioso y transforma.
El preferir hacer, el preferir hablar, el preferir vivir, es milagroso.
Un café, un helado, salir a caminar, una llamada hoy...puede hacer la diferencia.
¡Buen fin de semana!