El canciller Luis Videgaray Caso tiene razón: pierde la gente de Venezuela después de que no se logró una declaratoria que ayude a solucionar la crisis de ese país en la asamblea de la OEA.
Videgaray se refirió a los venezolanos como ¨pueblo hermano¨ mientras la canciller de ese país, Delcy Rodríguez considera a los mexicanos unos ¨cachorros del imperio¨.
Perritos de E.U., tal cual.
Pero la que traía hueso escondido era ella misma; regresa a Venezuela en busca de otro cargo para apoyar al tirano que habla con el espíritu de Chávez a través de pajaritos.
Videgaray ha dejado claro que los insultos y majaderías de la diplomática serán absolutamente irrelevantes para definir la postura de México frente a Venezuela.
Esa postura la ha definido así: -solidaridad con quienes hoy están viviendo una situación absolutamente inaceptable, desde el punto de vista humanitario y de derechos políticos-.
No se distrajo el canciller con los exabruptos de la venezolana y se expresó con claridad y firmeza: -…quien todos los días pierde es la gente de Venezuela que está viviendo una situación extraordinaria y que debería ser motivo de acción no solamente de la OEA sino de la comunidad internacional completa-.El tema se robó el escenario de la asamblea y ganó el interés del público, algo poco común, pues generalmente son tan diplomáticos los diplomáticos que resultan sumamente aburridos, o terminan hablando solo para ellos, ajenos a los ciudadanos.
La exposición de Videgaray es incontrovertible. -En defensa de la democracia representativa como única forma de gobierno admisible en el hemisferio americano, una defensa de los derechos humanos como principio fundamental constitucional de la política exterior mexicana- ni más, ni menos.
Es importante lo que ocurrió en la OEA en nuestro país esta semana. Fue una oportunidad bien aprovechada para mostrar la posición de México ante la tragedia que vive Venezuela.
El secretario Videgaray declaró que pierde la gente que está en la calle en Caracas, que pierden las familias que no pueden hacer tres comidas, que pierden los enfermos diabéticos que no encuentran insulina en Venezuela.
Tiene razón el canciller. Toda la razón.